El pollo al ajillo es una de las recetas más tradicionales y habituales de la cocina casera. Le vamos a dar un toque delicioso de sabor y aroma añadiéndole cerveza a la salsa. Es un plato que admite el acompañamiento de numerosas guarniciones: arroz blanco, patatas fritas o asadas, verduras... ¡y tendrás una opción de lo más completa!
Ingredientes
- 1 unidades de pollo troceado
- 6 dientes de de ajo
- cerveza
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta negra
- romero al gusto
- tomillo al gusto
Preparación
- En primer lugar, tendrás que pelar y cortar en láminas todos los dientes de ajo. Si lo prefieres, también existe la posibilidad de conseguir un resultado similar aplastando los dientes de ajo con un cuchillo o con la mano.
- Salpimentamos las piezas de pollo mientras se van cocinando los ajos. Ten mucho cuidado de que no se te quemen.
- Calentamos bastante aceite en una sartén grande, añadimos los dientes de ajo sin pelar y los freímos.
- Cuando los ajos estén listos, los retiramos y los reservamos.
- En esa misma sartén, con el aceite con el que se ha hecho el ajo, echamos los trozos de pollo.
- Buscamos que quede la piel crujiente y el interior más tierno, sin llegar a secarse, por lo tanto, vamos a elegir una intensidad media del fuego.
- Cuando esté listo, retiramos el pollo (escurrimos todo el aceite que puedas) y lo volcamos en una cazuela con los ajos ya dorados y la cerveza.
- Añadimos las hierbas al gusto.
- Dejamos que todo se cocine a fuego lento para que la cerveza reduzca y los sabores se intensifiquen.
- Después de media hora, aproximadamente, ya lo tendremos listo para servir.
- Una vez terminada la cocción, déjalo reposar un ratito y mientras puedes preparar la guarnición que más te guste. Lo ideal serían unas patatas asadas o fritas aunque unas verduritas salteadas le van fenomenal.
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