La langosta es un crustáceo con la cabeza más grande que el cuerpo, pero ambos deliciosos y, a menudo, ingredientes de cócteles o salpicones de marisco. Se diferencia del bogavante en varios aspectos pero los más evidentes y que más llaman la atención son que no tiene pinzas y que su color es anaranjado, frente al azulado del primero. Lo vamos a preparar en forma de cóctel con algunas verduras y un aliño de ajo y zumo de limón.
Langostinos crujientes con fideos de patataPor Susana Baticón