La Navidad está llena de tradiciones, de reuniones con familia y amigos, de ilusión, de comidas en buena compañía… en definitiva, de clásicos. Esos que hacen que, año tras año, estas fechas sean especiales. Esas costumbres no solo se reflejan en la forma que cada uno tiene de disfrutar con los suyos, también se cuelan en la forma de vestir -el rojo o el oro, dos talismanes para arrancar con buen pie el nuevo año-, de adornar nuestros hogares y elegir el menú que en cada celebración llegará a la mesa. Si todavía no tienes claro cuál va a ser el tuyo, toma nota de estos clásicos.
Un clásico de la Navidad son las cremas
Independientemente de los aperitivos con los que inicies la cena o la comida, siempre necesitas un primer plato. Las cremas o las sopas, típicas de los meses más fríos del año, son una buena opción para abrir boca y reconfortar con su textura a todos los comensales. Suelen ser ligeras y, además, gustan a casi todos. ¿Una idea? Cardos a la crema con almendras.
Un clásico de la Navidad es el pescado
En muchas familias el cordero o el cochinillo se convierten en el plato principal de estas fiestas, sin embargo, por su textura, sus propiedades y lo sencillo que es acompañarlo de una buena guarnición, el pescado ha ido ganando adeptos, hasta posicionarse como una de las opciones a valorar para este tipo de reuniones. El besugo a la madrileña, con guarnición de patatas, cebolla y tomate, puede formar parte de tu menú navideño.
Un clásico de la Navidad es el dulce
No importa que la comida haya sido algo copiosa, el dulce, en estas fechas, no se perdona. El turrón suele salir a las mesas de los españoles acompañado de un postre algo más elaborado, con el que poner fin a un menú perfecto. Entre las muchas opciones por las que te puedes decantar hay una con la que triunfarás casi seguro: el tronco navideño de chocolate.
Un clásico de la Navidad es El Gaitero
Es a los postres cuando la mayoría de los comensales aprovechan para brindar por la reunión familiar y los buenos propósitos. Hacerlo con sidra El Gaitero se ha convertido en una tradición de muchos españoles que, desde el siglo XIX, celebran con ella su Navidad. Entre sus variedades es posible encontrar su bebida más tradicional, una sidra semiseca de gran riqueza aromática y espumosa; El Gaitero Sin, que mantiene la esencia de la bebida, pero sin alcohol; El Gaitero Extra, más dulce, de espuma poco persistente y con burbujas de gran finura y El Gaitero Etiqueta Negra, versión seca con la que, no sólo se puede acompañar el postre, sino toda la comida desde el aperitivo.