Esta sopa es sinónimo de hogar, calor y confortabilidad. Cuando empiezan a bajar las temperaturas, no hay nada como tomarla para entrar en calor y disfrutar de los sabores 'rústicos' que le aportan los ingredientes que lleva. La también llamada sopa castellana es una receta de origen campesino. Antaño, y más con el hambre que hubo en tiempos de pre y posguerra, se aprovechaban los productos más básicos y económicos, especialmente en el campo. El pan duro y el ajo eran muy comunes en los hogares rurales y una forma sencilla para nutrirse era mezclarlos en forma de esta sopa de ajo. Hoy, no son pocos los restaurantes españoles que conservan este plato en sus menús del día, y es que, si está bien hecha, es una delicia.
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Curiosidades y consejos sobre la sopa de ajo
- Se cree que la receta de la sopa de pan y ajo tiene influencias árabes, ya que ellos introdujeron en la península ibérica el uso del ajo y otras especias.
- Es un plato bastante nutritivo. El pan proporciona carbohidratos, el ajo aporta vitaminas y minerales, y el aceite de oliva es una fuente saludable de grasa
- En algunas zonas a las sopa de ajo se le echa jamón o chorizo y también un poco de comino.
- Utiliza siempre pan del día anterior, duro, con miga densa y corteza crujiente. Los mejore son el candeal, el rústico o el de hogaza.
- Para que el pan se cocine de manera uniforme y se deshaga correctamente, es recomendable cortarlo en rebanadas finas o en dados pequeños.
- Al rehogar el pimentón, ten cuidado de que no se queme, al igual que los ajos, porque amargarían el resultado final.
- Puedes usar un caldo de verduras o un caldo de carne para potenciar el sabor de la sopa.
- El huevo hay que echarlo con la sopa muy caliente para que, al darle vueltas, se cuaje tanto la clara como la yema.
- No dejes que se enfríe porque esta sopa castellana como verdaderamente está buena es recién hecha.