La sopa de ajo es sinónimo de hogar, calor y confortabilidad y todo eso también tiene mucho que ver con la figura de la abuela. Cuando empiezan a bajar las temperaturas, no hay nada como tomar este plato para entrar en calor, disfrutar de los sabores 'rústicos' que le aportan los ingredientes que lleva y llenarnos de nostalgia. La también llamada sopa castellana es una receta de origen campesino. Antaño, y más con el hambre que hubo en tiempos de pre y posguerra, se aprovechaban los productos más básicos y económicos, especialmente en el campo. El pan duro y el ajo eran muy comunes en los hogares rurales y una forma sencilla para nutrirse era mezclarlos en forma de esta sopa tan tradicional. Hoy, no son pocos los restaurantes españoles que conservan este plato en sus menús del día, y es que, si está bien hecha, es una delicia.
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Ingredientes para hacer sopa de ajo
Son pocos y están muy al alcance de todos. Muchos de los ingredientes que llevan las sopas de ajo los tenemos habitualmente en nuestras despensas: pan del día anterior, ajos, caldo o agua, pimentón, jamón serrano, huevos, aceite, sal y pimienta. El pan ideal para esta sopa ha de tener una miga densa y corteza crujiente. Los mejores son el candeal, el rústico o el de hogaza.
Cómo hacer sopa de ajo
El proceso para elaborar una sopa de ajo es bastante sencillo y podemos resumirlo en unos pocos pasos.
- En una olla se sofríen los ajos en aceite con cuidado de que no se quemen.
- Se añaden el pan y el jamón troceados y se remueve.
- Se retira la cazuela del fuego, se echa el pimentón y se mezcla rápidamente para que no se queme y amargue.
- Se vuelve a poner la cazuela al fuego, se incorpora el caldo al agua, se hierve, se baja el fuego y se cocinar 10-15 minutos.
- Se rompen los huevos para dejar que se pochen y se rectifica de sal y pimienta.
¿Qué beneficios tiene la sopa de ajo?
Se cree que la receta de la sopa de pan y ajo tiene influencias árabes, ya que ellos introdujeron en la península ibérica el uso del ajo y otras especias. Es un plato bastante nutritivo. El pan proporciona carbohidratos, el ajo aporta vitaminas y minerales, y el aceite de oliva es una fuente saludable de grasa, con grandes beneficios para prevenir dolencias cardiovasculares. En algunas zonas a las sopa de ajo se le echa jamón o chorizo y también un poco de comino.
¿Se puede congelar la sopa de ajo?
Sí, se puede pero para congelar la sopa de ajo hay que tener una serie de precauciones para hacerlo. Primero, hay que dejar que se enfríe por completo y meterla en recipientes aptos para la congelación, que sean herméticos y mejor si se hace de forma individual, ya sea en bolsas o en tápers bien cerrados. Etiquétalos con la fecha y consúmelos en unos 2-3 meses. Y cuando vayas a descongelarla, lo mejor es dejarla en la nevera durante toda la noche. Recaliéntala en una olla a fuego medio y si resulta demasiado espesa, agrega un poco de caldo o de agua. Si le vas a añadir huevos escalfados es mejor que la congeles sin ellos y se los añadas cuando esté descongelada y la regeneres en la olla.
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Curiosidades y consejos sobre la sopa de ajo
- Para que el pan se cocine de manera uniforme y se deshaga correctamente, es recomendable cortarlo en rebanadas finas o en dados pequeños.
- Al rehogar el pimentón, ten cuidado de que no se queme, al igual que los ajos, porque amargarían el resultado final.
- Puedes usar un caldo de verduras o un caldo de carne para potenciar el sabor de la sopa.
- El huevo hay que echarlo con la sopa muy caliente y dejar que se escalfe o darle vueltas para que, al darle vueltas, se cuaje tanto la clara como la yema en forma de hilos.
- No dejes que se enfríe porque esta sopa castellana como verdaderamente está buena es recién hecha.