Hay infinidad de flores comestibles (rosa, geranios, claveles, pensamientos, violas, amapolas, orquídeas...) y cada vez se utilizan más en cocina aunque en otras culturas su uso viene de lejos. Según la variedad, aportan toques dulces, amargos o ácidos y le dan al plato un enorme colorido y vistosidad. Son perfectas para incorporar en ensaladas o como guarnición de distintos pescados y carnes. Vamos a hacerlas en una ensalada para servir con un atún.
Gambones al horno, receta fácil y para todos los bolsillosPor Susana Baticón