A primera vista la combinación de chorizo y queso fresco como parte de un guiso de legumbres puede resultar chocante, pero da lugar a un plato de cuchara delicioso. Elegimos la variedad de garbanzo pedrosillano, que es de tamaño pequeño y por eso requiere un poco menos de cocción que otras variedades y que se cultiva tanto en Castilla-La Mancha como en Castilla y León.
Ingredientes
- 300 gramos de garbanzos 'pedrosillanos'
- 2 unidades de cebolla
- 1 unidades de pimiento rojo
- 2 dientes de ajo
- 250 gramos de chorizo
- 2 cucharadas de salsa de tomate
- 400 mililitros de tomates triturado en conserva
- 400 mililitros de caldo de carne
- 1 cucharaditas de pimentón dulce
- 4 cucharadas de queso cremoso fresco
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- sal
- pimienta negra
- cilantro para decorar
- 4 rebanadas de pan para acompañar
Preparación
- Pon los garbanzos en remojo en agua fría toda la noche.
- Escúrrelos, echa en una cazuela, cubre de agua y cuece durante 45 minutos. Reserva.
- Pela y pica las cebollas y el ajo.
- Retira el tallo y las semillas al pimiento y pícalo.
- Corta en rodajas el chorizo.
- Calienta el aceite en una cazuela y sofríe 5 minutos la cebolla, los ajos y los pimientos picados con las rodajas de chorizo.
- Añade la salsa de tomate y el pimentón y cocina 3 minutos más.
- Agrega el vino, el caldo y el tomate triturado y lleva a ebullición.
- Incorpora los garbanzos y cuece 10 minutos a fuego bajo, añadiendo un poco más de caldo si fuera necesario.
- Sazona con sal y pimienta recién molida, mezcla y mantén al calor.
- Reparte los garbanzos guisados en cuencos individuales, acompaña con un poco de queso fresco cremoso, decora con unas hojitas de cilantro y sirve con unas rebanadas de pan tostado.
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