Una receta en el que el merengue se sirve duro, gracias al tiempo que pasa en el horno, y que aromatizamos y damos más sabor con frutas maceradas y unos pistachos, dándole un toque aún mucho más crujiente.
Ingredientes
- 4 unidades de huevos
- 400 gramos de fresas
- 150 gramos de frambuesas
- fruta de la pasión
- 300 mililitros de bizcochitos de nata
- 200 mililitros de yogur griego
- zumo de limón
- 330 gramos de azúcar blanca
- 50 gramos de pistachos
- sal
Preparación
- Precalentamos el horno a 110 ºC. Forramos con papel vegetal un par de bandejas de horno.
- En un bol grande, batimos los huevos con 300 g de azúcar y una pizca de sal.
- Colocamos el bol dentro de una cazuela al fuego con agua y batimos al baño María con unas varillas eléctricas durante 3 minutos.
- Incorporamos la mitad de los pistachos picados, dividimos el merengue en ocho porciones y las colocamos en las bandejas de horno bien separadas.
- Espolvoreamos con el resto de pistachos y horneamos 1h y media. Retiramos y dejamos que se enfríen en las propias bandejas.
- Pelamos la fruta de la pasión y reservamos la pulpa.
- Lavamos las fresas, retiramos los tallos y las cortamos por la mitad. Las ponemos en un bol con las frambuesas, el zumo de limón, la pulpa de la fruta de la pasión y el resto del azúcar. Mezclamos bien, cubrimos con papel 'film' transparente y reservamos en la nevera durante 30 minutos.
- Batimos con unas varillas eléctricas la nata con el yogur griego.
- Por último, repartimos en platos los merengues, poniendo encima un poco de la nata batida con el yogur y rociamos con las frutas maceradas y sus jugos.
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