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Tal vez la que lleva por apellido ‘Lorraine’ sea la más conocida (esa delicia en la que el bacon y el queso son ingredientes principales). Sin embargo, al igual que ocurría en el caso de las empanadas a las que hacíamos referencia el otro día, las posibilidades a la hora de preparar una quiche son muy variadas; de jamón, de champiñones, de patata, de verduras, frutos secos, pescados, carnes... El único secreto, como decía aquel famoso slogan ‘está en la masa’. Pero ¡cuidado!, que una quiche no es lo mismo que una pizza. Para prepararla tienes dos opciones: o bien elaborar de forma casera la base (con harina, huevo, mantequilla y sal) y luego añadir el resto de ingredientes, o bien comprarla ya preparada en el mercado; se trata de una lámina de masa quebrada, perfecta para este tipo de preparaciones.
Sin duda, un plato muy versátil no sólo en cuanto a sabores sino en cuanto a ‘usos’: se puede servir como entrante, como segundo plato, en una comida informal, en un bufé…También resulta perfecta para un picnic, ahora que el buen tiempo acompaña.
CONSEJOS PARA SU PREPARACIÓN:
• Antes de distribuir los ingredientes del relleno sobre la masa recuerda escurrirlos bien, especialmente los que más agua contienen. Para que los rellenos a base de verduras, finas hierbas y pescado crudo (es decir, aquellos con un gran contenido en agua), liguen bien puede poner un poco de espesante.
• Es aconsejable forrar la base del molde con papel de hornear. Así, tendrás la garantía de que la quiche no se quedará pegada y podrás desmoldarla con más facilidad.
• En cuanto a los ‘acompañantes’ de la quiche, una ensalada resultará una perfecta ‘pareja de baile’.
• Como te decíamos antes las posibilidades a la hora de cocinar una quiche son múltiples, en función de los ingredientes que más nos gusten. Éstas de aquí debajo son sólo tres propuestas: (pulsa sobre las imágenes para acceder a las recetas):
