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portada fruta adobe© Adobe Stock

Diferencias entre melocotón, nectarina y paraguaya


9 de junio de 2021 - 13:31 CEST
melocoton adobe© Adobe Stock

Si hace poco te contábamos las diferencias entre níspero y albaricoque, hoy convertimos en protagonistas a otras frutas de hueso, reinas de la primavera y del verano, como son el melocotón, la nectarina y la paraguaya. Y aunque tienen alguna que otra similitud, son bastante diferentes. Y es que la familia del melocotón da cobijo a numerosas especies mutantes e injertos.

Nos causa fascinación la huerta de verano, con su gran variedad de frutas, sus sabores, sus aromas, sus texturas y sus colores. Ideales para tomar en fresco, sin su piel -aunque hay quien la come también- y de varios bocados, pero también para preparar con ellas los platos más ricos y vistosos.

Estas frutas nos aportan fibra, vitaminas y minerales. Están repletas de antioxidantes, nos proporcionan gran cantidad de agua y están libres de grasas y calorías. Nos hidratan, nos sacian y son una buena fuente de energía.

El melocotón

Considerada una de las frutas reinas del verano, el melocotón es de forma redonda, carne jugosa, sabor dulce, aroma delicado y piel aterciopelada. Su color está entre el blanco, amarillo, naranja y rojizo, dependiendo de la variedad -la fresquilla, por ejemplo, se considera un tipo de melocotón rojo o de agua y es un injerto de melocotón y albaricoque-.

Su temporada tiene lugar entre los meses de mayo y septiembre, aunque hay variedades tempranas y tardías que se recolectan en abril y octubre, respectivamente. Su origen se encuentra en Persia, desde donde pasó a Grecia y luego a Europa.

España es un país productor de melocotones y son bastante famosos por su gran calidad los de Calanda, en Aragón, y los de Ordal en el Alto Penedés Catalán.

Nos encanta el melocotón en ensaladas, macedonias, cócteles, mermeladas, tartas, pasteles, sorbetes, helados… y también como guarnición, en fresco, a la parrilla o a la plancha.

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Y cuando no es temporada, también disponemos en el mercado del melocotón en conserva, que igualmente son una buena opción para añadir a numerosas recetas.

La nectarina

Es una variedad 'espontánea' del melocotón, no un cruce con ninguna otra fruta como se ha creído durante mucho tiempo. Nació hace miles de años y su principal característica es que su piel no tiene 'pelusa' sino que es suave y lisa y esto la hace más frágil.

De forma redonda, el color de la piel de la nectarina es entre rojo brillante y amarillo -más o menos oscuros-, su tamaño es algo más pequeño y tiene un sabor más dulce y que el del melocotón -algunas variedades pueden ser más  ácidas-. La pulpa presenta unos tonos blancos, amarillos o anaranjados.

Se cree que el origen de la nectarina -también llamada pavía, pelón, briñón, berisco, peladillo o ratón- está en China, Irán y Afganistán y que fueron los romanos los que la distribuyeron por Occidente.

Hoy, España es uno de los mayores productores dentro de Europa. Abunda la nectarina en Lérida, Huesca, Murcia, Sevilla y Huelva y su temporada va de mayo hasta finales de julio en nuestro país. 

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La nectarina comparte usos culinarios con el melocotón y  queda ideal en pasteles, tartas, helados, sorbetes, batidos y, en salado, es perfecta para ensaladas, guarniciones, sopas frías, etc.

La paraguaya

Esta fruta procede también de una mutación natural del melocotón. Se cultiva desde hace siglos en Asia -era considerada la favorita de los emperadores de China- y se cree que fue Alejandro Magno quien la llevó a Grecia y favoreció así su expansión por el Mediterráneo.

Debido a su forma -redonda y achatada- en los países anglosajones es conocido como saturn peach o donut peach. La temporada de la paraguaya -o paraguayo- se extiende entre julio y septiembre. Su piel es aterciopelada, con 'pelusilla', colores que van de los rojos a los verdes y su refrescante pulpa es más carnosa, jugosa y dulce que la del melocotón.

Casi toda la producción está en España -es una fruta bastante desconocida fuera- donde se cultiva en zonas templadas como Murcia, Aragón o Lérida.

Se toma sobre todo en fresco y al natural pero la paraguaya también admite elaboraciones como pasteles, tartas, batidos, helados, mousses, ensaladas, guarniciones, sopas frías... como sus 'primos hermanos': el melocotón y la nectarina.

Hay otra fruta llamada platerina, que es otra variedad a medio caminio entre la nectarina y la paraguaya. Tiene forma achatada pero su piel es completamente lisa, las hay de pulpa blanca o naranja y es de sabor dulce y carne prieta y jugosa. Procede de una mejora genética desarrollada en un laboratorio.

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Paso a paso: gazpacho de melocotón con piñones y atún

El gazpacho es una sopa fría que se presta a introducir diferentes tipos de fruta. Sustituimos el tomate por el melocotón y lo servimos con piñones y unos trocitos de atún seco, marinado o, incluso crudo.

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Paso a paso: ensalada de tomate, nectarina y gelatina de gazpacho

Elaboramos una ensalada con dos tipos de tomate, nectarina y queso mozzarella y la acompañamos con una gelatina de gazpacho. El resultado es una refrescante y colorida propuesta, perfecta para tus comidas o cenas veraniegas.

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Paso a paso: polos de yogur y paraguaya

Nos encanta la paraguaya en fresco para tomar como postre o como parte de las ensaladas más variadas. Aquí optamos por convertirla en unos apetecibles polos, que también llevan yogur y azúcar avainillado.

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