1/15 © La Caseta de Bombas

"Este verano voy a pasar unos días en Cantabria... ¿qué me recomiendas?" ¡Menuda pregunta! Resulta complicado resumir en un puñado de propuestas todas las buenas opciones para comer en esta tierra que lo tiene todo. Empezando por las rabas, imprescindibles, las anchoas en salazón y los pescados y mariscos tan frescos. Pero qué decir de la carne de ternera de Tudanca, de los pimientos de Isla, de sus quesucos, de la quesada y los sobaos... No están todos los que son (¡imposible!), pero esta ruta cántabra por las mejores mesas y planes gastro en Santander y alrededores no te va a defraudar, eso seguro.

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LA CASETA DE BOMBAS. SANTANDER

Hace unos años, Carlos Zamora (del grupo hostelero DeLuz & Cia) recuperó un precioso edificio histórico naval de la bahía de Santander para convertirlo en un asador marinero único. La Caseta de Bombas muestra su pasado en las imágenes que decoran las paredes y en la planta baja, además, un vídeo explica cómo funcionaban las bombas que achicaban el agua en el dique de Gamazo. La carta de la Caseta abarca lo mejor del mar con los mariscos y pescados de la lonja de Santander que llegan cada día y si no sabes por cuál decidirte, puedes pedir el plato degustación de cuatro: cuco, jargo, rey, machote, mero... Las verduras frescas y de temporada son de la huerta navarra de la Traílla. También hay guisos (caldereta de pescados del día), arroces, cazuelas de montaña y carnes de Cantabria también con opción de cata de cuatro piezas para que pruebes el cabrito, el lechazo y la ternera de los Siete Valles de Montaña.

La Caseta de Bombas. Calle Gamazo, s/n. Santander

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EL MACHI. SANTANDER

El Machi tiene el título de la taberna más antigua de Santander. Una taberna marinera donde hay que ir a tapear y empezar por la tortilla de patata, antes de que se acabe, porque Almudena hace solo 10 cada mañana y se agotan. Las rabas de calamar también cuentan con su club de fans y tienes una versión vegetariana, las rabas de calabacín y berenjena con dos salsas. Entre los fritucos, te recomendamos las gambas Orly y los taquitos de merluza o los de rape, las croquetas de cuco... ¡Qué indecisión! Ahhh, y la gilda, que no se te olvide.

El Machi. Calderón de la Barca, 9. Santander

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LA BOMBI y CAÑADÍO. SANTANDER

Seguimos en busca de buenas rabas y las encontramos en La Bombi, otro clásico santanderino. Abrió en 1935 como Taberna La Bombilla y el nombre ha ido derivando hasta quedar en su versión más cariñosa, La Bombi. La barra siempre esá de bote en bote, así que tendrás que ir haciéndote hueco para conseguir pedir tu ración de rabas y también la ensaladilla rusa y los maganos encebollados. En la plaza del Cañadío hay otra parada obligada en el restaurante Cañadío (que tiene su réplica en Madrid, junto a otros locales de sabores cántabros como La Maruca, La Bien Aparecida y La Primera) donde además de comer unas ricas rabas, tienen fama merecidísima sus buñuelos de bacalao, la tortilla de patata con bonito, cualquier elaborción de la merluza y ¡la tarta de queso!, siempre destacando entre las mejores de España.

La Bombi. Casimiro Sáinz, 15. Santander

Restaurante Cañadío. Gómez Orena, 15. Santander

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DÍAS DE SUR. SANTANDER

Para tapear o para comer tranquilamente en la capital, Días de Sur es una muy buena elección y a un paso del mar, junto al paseo de Pereda. El restaurante tiene una década de historia pero esta temporada arranca nueva etapa liderado por Carlos Crespo (propietario de La Bodega del Riojano y Vermutería Solórzano, otras dos direcciones imprescindibles en Santander), estrenando imagen y cocinero, con el colombiano Rodrigo Osorio a los mandos. Aquí encontrarás una carta tradicional e infalible, con buenas rabas, la merluza al vapor, el bacalao al pil pil o el pastel de cabracho (en la imagen), y en su barra de pintxos unas ricas croquetas de jamón y la tortilla de patata hecha al momento. La sumiller, Teresa Fernández, ha confeccionado una carta de vinos muy singular, con vinos naturales y jereces que se ofrecen por copas.

Días de Sur. Hernán Cortes, 47

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LA CIGALEÑA. SANTANDER

Desde que abrió sus puertas en 1949, La Cigaleña se ha convertido en el templo de los vinos de Santander. Ya en la fachada se anuncia como Museo del Vino y dentro, las botellas aparecen ¡hasta en el techo! Este es un espacio dedicado a los grandes vinos. Y también a los grandes quesos. Dos pasiones que se reparten Andrés y Juan Conde (hermanos y tercera generación del mítico local) y que saben contagiar a sus clientes, así que lo mejor es ponerse en sus manos. Pero hay más. Sus guisos son exquisitos, las pochas con cocochas, el arroz con pintada, y en época de bonito, pide sus albóndigas de bonito con salsa calabresa.

La Cigaleña. Daoiz y Velarde, 19. Santander

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CORMORÁN. SANTANDER

Para comer a orillas del Cantábrico y en primera línea de la playa del Sardinero, tienes que ir a Cormorán. Sergi Arola se encarga de asesorar la cocina y ha introducido algunas de sus recetas más antológicas y 'casual': las famosísimas bravas Arola, el bocata de calamares con pan de tinta, las alitas con salsa kimchi y cebolleta tierna... pero también platos nuevos y muy marineros, como el rapito asado, la lubina, el arroz negro de calamar de potera o el cremoso al queso de Idiazábal con salmonetes y puntas de espárragos. Perfectos para saborear con estas vistas al mar.

Cormorán. Segunda Playa El Sardinero. Planta Alta

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PAN DE CUCO. SUESA

Si pones rumbo a las playas de Somo, Langre o Galizano, puedes reservar mesa en Suesa, un pequeño pueblo que alberga algunos de los restaurantes más encantadores de la zona. Aquí están Canela en Rama, Magnolia y Pan de Cuco. Este último acaba de abrir con una decoración cálida, de tonos blancos y lleno de luz gracias a sus dos terrazas, una acristalada y otra al aire libre. En la cocina se encuentra el chef cántabro Álex Ortiz que abandona la Bodega del Riojano para emprender su propuesta más personal. El homenaje a la anchoa, preparada de mil maneras, es el mejor comienzo, también las ostras, y si hay algo que no puedes dejar de probar es su arroz del día, el marinero, meloso con gamba blanca (en la foto), y el de pollo pedrés, una raza autóctona de Cantabria que los padres de Álex han recuperado y crían en su granja de Castillo Pedroso para suministrar en exclusiva al joven cocinero.

Pan de Cuco. Calabazas, 17. Suesa

 

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ASADOR EL TRONKY, LAS QUEBRANTAS Y CASA NAVARRO

No fallan. Estos locales son muy populares y nunca defraudan. El asador El Tronky prepara pescados y carnes en la parrilla colocada en la puerta del restaurante, donde le dan el punto perfecto. Puedes llegar desde Santander en coche o en las típicas 'reginas' que cruzan la bahía. No se admiten reservas, pero si vas sin agobios siempre terminas encontrando sitio. Sus pescados son fabulosos, las rodajas de bonito, el besugo (en la foto), el rodaballo o unas sardinas, todo prepado a la brasa y acompañados de una ensalada son una auténtica delicia. En la playa de Somo vas a encontrar los mejores arroces en Las Quebrantas: desde el clásico con bogavante al más novedoso, con almejas y plancton marino. Y si de lo que tienes antojo es de un buen plato de cuchara, entonces tienes que ir a Casa Navarro, en Pamames. Una casa de comidas cántabra donde vienen de todas partes para probar sus caricos, las alubias rojas, o los callos, o los huevos estrellados. Todo está muy bueno.

El Tronky. Barrio del Muelle. Pedreña

Las Quebrantas. Isla de Mouro, 8. Somo

Casa Navarro. Barrio de La Lastra, 65. Pamanes

10/15 © Cenador de Amós

COCINAS CON ESTRELLA

Cantabria puede presumir de cocina tradicional y de calidad y también de nombres propios que han colocado su gastronomía entre las más deseadas, sobre todo aquellos lucen las estrellas de la guía roja que brillan en seis restaurantes cántabros. Con una estrella, La Bicicleta, en Hoznayo; Solana, en Ampuero, junto a la ermita de La Bien Aparecida; El Serbal, en el barrio de Puerto Chico de Santander; y El Nuevo Molino, en Puente Arce. Y con dos estrellas, El Cenador de Amós y Annua.

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CENADOR DE AMÓS. VILLAVERDE DE PONTONES

Jesús Sánchez y Marian Martínez celebran este año las bodas de plata en su matrimonio y también al frente de Cenador de Amós, el restaurante con dos estrellas Michelin que se ha convertido en todo un referente de la esencia gastronómica cántabra. La experiencia en el Cenador de Amós, que ocupa una bella casona del siglo XVIII, empieza en la bodega (con más de 600 referencias), para pasar al nuevo obrador de pan, pieza clave, y continuar en la sala de la chimenea y el comedor. El recorrido avanza bocado a bocado, sorpresa a sorpresa, de la Coca de sarda, tomate y ensalada de plamplinas a la Ensaladilla rusa y caviar (sublime), del Brioche frito de pollo de corral a su sorprendente versión de la Merluza en salsa verde con guisante lágrima... que esconde un secreto. Jesús juega con nuestra memoria, con nuestros recuerdos, para llevarnos a lo esencial que es lo que persigue y consigue el cocinero cántabro. Cenador de Amós también asesora la cocina de El Muelle, en el Centro Botín y allí mismo puedes recoger este verano el pícnic de Amós, una preciosa 'caja-cesta' con recetas preparadas por el chef para que las disfrutes en cualquiera de las playas y prados de Cantabria.

Cenador de Amós. Calle del Sol, s/n. Villaverde de Pontones

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ANNUA. SAN VICENTE DE LA BARQUERA

Sobre un criadero de ostras se levanta el restaurante Annua. El sitio es maravilloso, flotando sobre la ría. Y comer en él todo un lujo. Aquí ha encontrado su sitio el cocinero Óscar Calleja que hace auténticas locuras con la muy especial ostra de San Vicente de la Barquera, un manjar muy apreciado en Francia y todo el mundo. La creatividad manda en la cocina de Annua, con dos estrellas Michelin. Calleja aúna las influencias mexicanas (pasó su infancia en México), asiáticas (adonde viaja en busca de inspiración) y sus raíces cántabras (de donde le llega el mejor producto) en elaboraciones llenas de sabor y sutileza por partes iguales. La puesta en escena con un servicio impecable y el entorno que lo rodean hacen que la experiencia Annua sea inolvidable. En el mismo espacio cuenta con el Bistró Nácar, con una oferta gastronómica más informal.

Annua y Nácar. Pso. de la Barquera, s/n. San Vicente de la Barquera.

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QUESERÍA LA JARRADILLA. TEZANOS

En la ganadería quesería La Jaradilla, la familia Diego lleva tres generaciones elaborando quesos frescos pasiegos y una mantequilla buenísima. El secreto de sus quesos está en la excelente calidad de la leche de sus vacas. Puedes visitarles (la visita es gratuita y sin reserva, a las 12 h y a las 17 h) en la ribera del río Pisueña, en Barcenilla, para que te cuenten con detalle cómo son sus quesos Divirín, Praniza, Pasiego y el fresco, y probarlos en la sala de catas con el paisaje pasiego colándose por las ventanas. Llévatelos luego como recuerdo. Y pregunta antes por si tienes oportunidad de apuntarte a alguno de sus talleres de elaboración de mantequilla. Tel. 652 779 660.

Quesería La Jarradilla. Barcenilla, 246.Tezanos de Villacarriedo

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MUSEO DEL SOBAO PASIEGO JOSELÍN. SELAYA

Camino de los valles del Pas, hay que hacer una parada en un lugar que ya nos da la bienvenida con su inigualable aroma antes de llegar. Es el 'perfume' de mantequilla que desprenden los sobaos pasiegos Joselín en el nuevo edificio del obrador y museo en Selaya, en el corazón del valle pasiego del Pisueña. La exposición se extiende por las dos plantas (totalmente accesible) de la casona y el visitante tiene la posibilidad de ver en directo el trabajo en el obrador y probar después los productos en su cafetería. Pero para aprender todos los secretos del sobao, lo mejor es apuntarse a los talleres que imparte María Ángeles Sáiz, trabajar la masa y montarlos en las 'gorrucos' de papel en los que se hornean. Y durante el verano, asistir a las actuaciones del festival de música en directo que ameniza las tardes. Conviene reservar la visita a través de su web.

Joselín Sobaos Pasiegos y Quesadas. Calle Pola, 3. Selaya

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LAS ANCHOAS DE SANTOÑA

Santoña vive por y para la anchoa y muchas de las empresas conserveras abren sus puertas para que el visitante pueda conocer el laborioso proceso que se sigue para obtener este manjar. "La Machina es un lugar muy popular de Santoña donde los chavales siempre hemos ido a darnos un baño", recuerda Sergio López de Guereñu. Ahora La Machina es una conservera donde se mima la anchoa y eso puedes comprobarlo al visitarla (con reserva previa: 942 662 715) y ver de cerca cómo se hace el sobado, fileteado y envasado, todo a mano, una a una, pez a pez. El sello de "elaboración artesanal" así lo certifica. Para completar la experienca, apúntate a una travesía en barco por la bahía con Alberto (Excursiones Marítimas), recorriendo lugares tan increíbles como el faro del Caballo mientras conoces historias tan curiosas como la del creador del primer mapamundi, Juan de la Cosa, natural de Santoña, o las fortificaciones que mandó construir personalmente Napoleón tras la conquista de los franceses y que hoy son monumentos históricos.

Conservas La Machina. Polígono Industrial Las Marismas. Calle Calafate, 51. Santoña

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