Taberna Bar Casa Puga Calle Jovellanos, 7. Almería. Tfno. 950 23 15 30
Inaugurado en 1870 en el casco histórico de la capital almeriense, fue posada en el siglo XIX, posteriormente una bodega y hoy sigue siendo uno de los lugares más acreditados en la ciudad para disfrutar del mejor tapeo, con especial fama para sus boquerones en adobo y las gambas gabardina, además del vino de Albuñol (Granada), lugar de procedencia de los propietarios.
Sus paredes -que conservan fotos de hace años, objetos antiguos y una colección de botellas de brandy y vino de todo el mundo- han visto pasar a numerosos personajes famosos, como los protagonistas de la serie ‘Juego de tronos’, el actor Schwarzenegger, los políticos Felipe González y José María Aznar o el director de cine Ridley Scott.
Es el más veterano de Almería y uno de los bares más antiguos de toda Andalucía al frente del cual se encuentra la tercera generación de los Puga.
Casa Gerardo Km 9 Carretera AS-19. Prendes (Asturias). Tfno. 985 88 77 97
1882 era el año en que se inauguraba como fonda en una casona asturiana este establecimiento ubicado en Prendes, un entorno natural de enorme belleza que se encuentra entre las ciudades de Gijón y Avilés.
Fue cocina de mujeres en sus inicios. Cuentan que fue la abuela, de nombre Ángeles -tercera generación-, quien verdaderamente dinamizó la cocina y se adelantó gastronómicamente a su época.
Hoy, al frente de este prestigioso restaurante del norte -reconocido con 1 estrella Michelin y 3 soles de la Guía Repsol- se encuentran la cuarta y la quinta generación de la familia Morán, con Pedro y Marcos, padre e hijo respectivamente.
Tradición y contemporaneidad, basadas sobre todo en materias primas de la despensa asturiana y especialmente del Mar Cantábrico, se dan la mano en la cocina que hoy se hace en Casa Gerardo en un espacio con varias acogedoras salas que combinan piedra y luz natural.
Algunos de sus platos más famosos, inseparables del recetario de la tierra, son la fabada y el arroz con leche pero ‘Casa Gerardo’ es mucho más-.
Can Culleretes Carrer d’en Quintana, 5. Barcelona. Tfno. 933 17 30 22
Fundado en 1786, es el restaurante más antiguo de Barcelona y el segundo de España (según el Libro Guinness de los Records, que sitúa a Botín en el primer puesto). Nació en el barrio Gótico como chocolatería, de manos de Joaquim Pujol que, en 1890, se la vendió a la familia Regás y la transformó en restaurante.
Vivió momentos difíciles tras la Guerra Civil hasta que en 1958 lo adquirieron Sisco Agut y Sussi Manubens y son sus hijas, Montse y Alicia, quienes lo regentan en la actualidad y mantienen parte de la antigua decoración -hay baldosas originales del siglo XVIII- en alguno de sus 5 comedores. Por ellos han desfilado -y siguen haciéndolo- músicos, actores, políticos, toreros…
Parece que su nombre hace referencia a la frase ‘Noies, culleretes’ (‘Chicas, cucharillas’), que pronunciaban antaño los camareros pidiendo a las chicas del restaurante que se apresuraran a fregar para reponer las cucharitas del cajón vacío. Como el grito se escuchaba durante varias veces al día, el lugar acabó bautizado por los clientes como ‘Can Culleretes’.
Especializado en cocina tradicional catalana, son famosos sus canelones, su arroz a la cazuela, su escudella y postres como la crema catalana o el ‘mel i mató’.
7 Portes Passeig d’Isabel II, 14. Barcelona. Tfno. 933 19 30 33
Forma parte de la historia de la Ciudad Condal desde 1836 y ha sido tradicionalmente un lugar de reunión de artistas e intelectuales de todas las épocas, aunque en sus inicios también era punto de encuentro y negocio para agentes de bolsa.
Entre sus clientes más ilustres figuran Fleming, García Lorca, Pablo Picasso, Perón, el Ché Guevara, Joan Mirò, Ava Gadner, Plácido Domingo, Woody Allen o Carmen Amaya.
Ubicado en els Porxos d’en Xifré, inicialmente fue un café -al estilo de los que había en las principales capitales europeas y a cargo de Josep Cuyás- y hasta después de 90 años de su inauguración no pasaría a convertirse en un restaurante.
Hoy este emblemático establecimiento es uno de los más visitados tanto por locales como por turistas, que van a probar especialidades como los arroces y otros platos de la cocina tradicional catalana. Es famoso el ‘Arroz Parellada’, inventado en la casa, que lleva la carne deshuesada y el marisco pelado (parecido al del ‘senyoret’).
Su propietario actual es Francesc Solé Parellada, descendiente de Paco Parellada, que se hizo cargo del negocio a principios de los años 40 del siglo XX. De sus paredes cuelgan numerosas fotos, pinturas y autógrafos relacionados con sus 180 años de historia.
Lhardy Carrera de San Jerónimo, 8. Madrid. Tfno. 915 21 33 85
En 1839, año de fundación de este lugar mítico de la capital, Madrid era Corte de la reina Isabel II. La Carrera de San Jerónimo es testigo de los casi 3 siglos de trayectoria de este lugar en el que se ha tramado parte de la historia de España, se han decidido destituciones de reyes y políticos, derrocamiento de repúblicas, introducción de nuevas dinastías, restauraciones, dictaduras…
Gentes de la aristocracia, del arte y de las letras estuvieron siempre entre el público habitual de Lhardy, que fue fundado por el francés Emilio Hugenin y luego heredado por su hijo Agustín. Posteriormente pasaría a manos de varios empleados de la casa, así como sus descendientes y herederos, entre los que se encuentran Milagros Novo Feito y Pablo Pagola Aguado, actuales gerentes.
Posee, además de su famoso espejo, varios salones emblemáticos como el Japonés, el Isabelino, el Blanco, el Sarasate, el Gayarre y el Tamberlick. Su decoración corrió a cargo de Rafael Herrero, padre de la actriz María Guerrero, quien diseñó también la inconfundible fachada, a base de madera de caoba cubana.
La parte de los comedores está en la planta superior mientras que abajo se encuentra la tienda o botillería, donde siguen vendiendo delicias como el consomé de ave de su samovar de plata, las croquetas, los fiambres o diferentes platos para llevar.
Casa Pedro Calle de Nuestra Señora de Valverde, 119. Madrid. Tfno. 917 34 02 01
Corría 1702 cuando Pedro Guiñales fundaba lo que sería el germen de este establecimiento con el nombre de su mujer ‘Casa de la Pascuala’, una casa de comidas y fonda para los viajeros que entraban o salían de Madrid por el Camino de Francia (actual A1). Su nieto, en 1796, elaboraba en sus instalaciones vino de garnacha para vender y en 1825 su descendiente Juan Guiñales cambia el nombre por el de su mujer bautizándolo como ‘Casa de La Silvestra’. Ya entonces era un lugar famoso por la venta de sus vinos, por los asados de cordero y cochinillo y por sus platos de caza.
Pedro Guiñales López, hijo de Silvestra, se hace cargo del establecimiento y cambia al nombre actual, consolidándolo como referente de la cocina castellana en el pueblo madrileño de Fuencarral.
El hijo, Pedro Guiñales del Valle, hereda un negocio que ha tenido siempre como clientes asiduos a artistas, políticos, periodistas, empresarios e, incluso, representantes de la monarquía española, que han desfilado por este mítico restaurante en busca de sus especialidades (asados, guisos y escabeches) y su magnífica bodega, ubicada en una cueva de la época de los árabes, hoy dirigida por la hija de Pedro, Irene.
Sobrino de Botín Calle Cuchilleros, 17. Madrid. Tfno. 913 66 42 17
En 1590 aparecen los primeros registros del edificio donde se ubica Botín (en la calle de Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor), apenas 30 años más tarde de que Felipe II nombrara a Madrid Capital del Reino. La zona se encontraba justo en el límite de la muralla medieval y estaba llena de posadas y casas de comidas.
El cocinero francés Jean Botín fundó allí una pequeña posada en 1725, que inicialmente funcionaría como pastelería y que es el origen del restaurante considerado como el más antiguo por el Libro Guinness de los Récords, después pasó a manos de su sobrino, Cándido Remís -de ahí su actual nombre-, y desde el siglo XX es propiedad de la familia González Martín.
Son 4 plantas de restaurante en un edificio con una fachada de ladrillos del siglo XVI en cuyas mesas se sentaron personajes como Ernest Hemingway, Benito Pérez Galdós, Ramón Gómez de la Serna o Graham Greene y otros escritores que usaron Botín como escenario para sus novelas. Incluso se cuenta que un adolescente Goya, hacia 1756, trabajó allí como friegaplatos.
Aún conserva el horno de leña construido en su primer año de vida, y en el que se siguen asando sus cochinillos y corderos al estilo castellano, emblemas de la casa, y no ha cesado su actividad ni un día, ni durante la Guerra Civil, de ahí que sea considerado el más antiguo por el Guiness.
Café Iruña Plaza del Castillo, 44. Pamplona (Navarra). Tfno. 948 22 20 64
Fue el primer establecimiento con luz eléctrica de la capital navarra, que se inauguró en el año 1888 en vísperas de San Fermín y donde comenzó a escribir algunas de sus obras más célebres el gran Ernest Hemingway. De hecho, en un espacio contiguo al local se conserva un rincón, con fotos y una estatua, dedicado al célebre autor de Fiesta, Adiós a las armas o El viejo y el mar.
La decoración del Café Iruña, ubicado en la céntrica y emblemática Plaza del Castillo en los bajos del Casino Principal, mantiene lámparas de época, grandes espejos, mesas de mármol y columnas de hierro forjado.
Hoy en día, ofrece diferentes propuestas gastronómicas como el menú del día o el de fin de semana, pinchos, picoteo y raciones y diferentes opciones para comer a la carta, tanto en su interior como en su terraza.
En su cafetería tienen lugar numerosos eventos culturales y en su salón del siglo XIX, de estilo art decó, ofrecen la posibilidad de celebrar bodas y todo tipo de banquetes.
Bodegas Mazón Calle Hernán Cortés, 57. Santander. Tfno. 942 21 57 52
Las antiguas Bodegas Mazón, hoy reconvertidas en restaurante, fueron fundadas por Juan Mazón Concha en 1902 como almacén de vinos y vermús con un pequeño bar de comidas. Primero su ubicación estuvo en Arredondo y en 1934 se trasladaron al número 57 de la calle Hernán Cortés, muy cerca de la emblemática plaza central del barrio de pescadores de Puertochico.
Conserva intactas las tinajas de barro del siglo XIX que albergaban el vino -de Rioja, Jerez y Toro- que se despachaba a granel y se distribuía por todo Cantabria y por el País Vasco.
Hoy es uno de los referentes en cuanto a comida casera y tradicional de la capital santanderina y un auténtico templo para tapear y probar sus anchoas, las berenjenas rellenas de marisco, las albóndigas de bonito, el pudin de cabracho… con la compañía de una amplia carta con vinos de las diferentes zonas productoras nacionales.
Restaurante Duque Calle Cervantes, 12. Segovia. Tfno. 921 46 24 87
Esta casa familiar abrió sus puertas en 1895 de la mano de Feliciana y Dionisio Duque, bisabuelos de Marisa Duque, actual gerente de este referente de la cocina segoviana, con el cochinillo y el cordero como platos bandera.
Fue la primera casa de comidas y asador de la ciudad castellana, distinguida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aún conserva su tradicional cocina de carbón donde se preparan platos como los judíones de La Granja, el mencionado cochinillo o el ponche segoviano.
Fue el padre de Marisa, también de nombre Dionisio, quien llevó este restaurante a su máximo su esplendor, con sus 3 edificios, 7 plantas y 13 comedores.
En la actualidad, Casa Duque continúa con trabajadores que llevan más de 40 años en plantilla y ya se prepara la quinta generación -Andrea y Luis, hijos de Marisa- para ponerse al frente del negocio.
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