6/6Inés Martínez de la Torre (1862 Dry Bar. Madrid)
En realidad, esta barmaid comenzó en la cocina. No sabe muy bien por qué, pero esto de los fogones no acababa de convencerle del todo, con lo que escuchó a un amigo muy insistente y empezó a mezclar alcoholes en una copa, encontrando el equilibrio entre la cocina y la sala (que, como camarera, también fue su hogar al principio). Entró en la Federación de Asociaciones de Barmans Españoles (FABEbarmans), estudió un curso de Bar Master y un Master en Destilados de la Cámara de Comercio, entrando de lleno en el mundo de la coctelería. Y ahora asegura no querer salirse.
Su primera tras una barra fue en The Passanger, en la calle Pez de Madrid, donde comprendió que la coctelería es, en realidad, una gran familia en la que todos se cuidan. Después, Alberto Martínez le abre la barra de 1862 Dry Bar, que resultaba ser su local favorito de la capital y todo un referente a nivel nacional. Finalista de numerosos concursos –Cointreau Cocktail Queen, Havanna Grand Prix o Bacardi Legacy-, no quiere parar de aprender y seguir subiendo escalones en este mundo que le apasiona, cambiando de ciudad, viendo posibles proyectos o presentándose a más concurso para reivindicar la presencia femenina en la coctelería que, para ello, es todo esfuerzo y trabajo.
Inés Martínez de la Torre (1862 Dry Bar. Madrid)
En realidad, esta barmaid comenzó en la cocina. No sabe muy bien por qué, pero esto de los fogones no acababa de convencerle del todo, con lo que escuchó a un amigo muy insistente y empezó a mezclar alcoholes en una copa, encontrando el equilibrio entre la cocina y la sala (que, como camarera, también fue su hogar al principio). Entró en la Federación de Asociaciones de Barmans Españoles (FABEbarmans), estudió un curso de Bar Master y un Master en Destilados de la Cámara de Comercio, entrando de lleno en el mundo de la coctelería. Y ahora asegura no querer salirse.
Su primera tras una barra fue en The Passanger, en la calle Pez de Madrid, donde comprendió que la coctelería es, en realidad, una gran familia en la que todos se cuidan. Después, Alberto Martínez le abre la barra de 1862 Dry Bar, que resultaba ser su local favorito de la capital y todo un referente a nivel nacional. Finalista de numerosos concursos –Cointreau Cocktail Queen, Havanna Grand Prix o Bacardi Legacy-, no quiere parar de aprender y seguir subiendo escalones en este mundo que le apasiona, cambiando de ciudad, viendo posibles proyectos o presentándose a más concurso para reivindicar la presencia femenina en la coctelería que, para ello, es todo esfuerzo y trabajo.