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La Pascua tiene sabor dulce: el de las torrijas, los pestiños, las monas de Pascua, los buñuelos… bocados golosos que se preparan en los hogares o se compran en las confiterías y que no faltan en las mesas de Semana Santa a la hora del postre. En este recorrido 'gastro' que hoy os proponemos hacemos un repaso por algunos de los dulces más icónicos de estas fechas y te contamos algunas direcciones ‘infalibles’ donde adquirirlos y disfrutar de su delicioso sabor. 

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Los pestiños de Sevilla y Jerez

En Cuaresma en Andalucía huele a pestiños fritos. Este dulce se prepara en las casas en Navidad y en Semana Santa. Se trata de una masa de harina con matalaúva, aceite de oliva, vino y otros ingredientes dulces. Se amasa y se forman pequeños pestiños con las puntas dobladas y, después de freirlos, se bañan con miel. Los pestiños forman parte de los llamados frutos de sartén, una denominación que aparece ya en los primeros manuales de repostería de la Edad Media y que se reconoce como una costumbre sefardí vinculada a la Pascua judía. En Sevilla hay que probar los de Dulcería Manu Jara, Confitería Los Ángeles, La Campana (en la calle Sierpes); y en Jerez de la Frontera,  Pastelería Jesús es una institución donde se elaboran los pestiños con miel de Prado del Rey y un toque de vino de Jerez.

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Torrijas en Madrid, con y sin gluten

Las torrijas se toman en muchas partes de España, pero en Madrid se han convertido en un imprescindible en todas las pastelerías que llenan sus vitrinas semanas antes a la Pascua. Las clásicas son las de leche, elaboradas con pan de miga compacta empapada en leche, rebozadas en huevo y fritas. El Horno de San Onofre (foto) las prepara también de vino, La Mallorquina o El Pozo son obradores clásicos de Madrid con torrijas exquisitas y con su receta original, como la de El Pozo que utiliza pan de brioche. Los celíacos también van a encontrar sus torrijas en Celicioso (con tres tiendas ya en Madrid, además de la original de la calle Hortaleza, 3) y el premio a la mejor torrija sin gluten se la ha llevado este año la de Pastelerías Viena Capellanes, así que... ¡habrá que probarla!

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Torrijas, también como parte del menú

Tal es la delibilidad de los madrileños por las torrijas que cada vez son más los restaurantes de la capital que mantienen este postre fijo en su carta durante todo el año. Es el caso de la 'Torrija cremosa de anís con helado de vainilla', de Taberna y Media (Lope de Rueda, 30, en Madrid). José Luis Martínez la elabora con pan de brioche casero empapado en una infusión de leche con azúcar y anís, lleva crema pastelera por encima, caramelizada con azúcar, y el helado. No se fríe ni va al horno... ¡y está deliciosa! Otra que levanta pasiones todo el año es la torrija de Taberna Arzárbal (en Madrid, Menéndez Pelayo, 13, y en el restaurante del Museo de Arte Reina Sofía). La preparan con pan bañado en una mezcla de nata y leche de oveja latxa infusionada con cáscara de naranja y canela, se carameliza en una sartén con azúcar y mantequilla y se sirve con helado de vainilla. También es famosa la torrija del chef Javier Aranda, según él mismo nos contaba en una entrevista concedida recientemente a Hola.com. 

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El Bollo de Avilés

El domingo de Resurrección, en Avilés se sigue la tradición de que los padrinos y madrinas regalen a sus ahijados el bollo mantecado, un bizcocho escarchado, con tres piezas en forma de trébol de cuatro hojas y colocadas de mayor a menor, que se adornan con figuras de chocolate, pollitos y plumas. Ese día, además, se celebra una gran Fiesta del Bollo en la que los vecinos comen en las calles, montando mesas kilométricas por toda la villa. Este dulce se elabora en las confiterías de Avilés, todas ellas muy famosas por la calidad de sus productos, como Vidal, La Colosal, Versalles o Josmar.

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Las flores manchegas

La flor de sartén es un dulce muy típico de La Mancha, junto con los pestiños y las hojuelas, aunque también se hacen 'floretas' en Extremadura y en algunos pueblos de Madrid. Se necesita un molde para hacer esta curiosa forma con la masa que lleva harina, leche y aceite. En Ciudad Real las hacen cada año en Tartypas y Confitería La Manchega. En Tomelloso (Ciudad Real) la confitería La Gloria, su dulce "estrella" son las hojuelas, que se elaboran con azúcar, limón, canela y huevo y luego se fríen en la sartén.

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Alpisteras de Sanlúcar

Alpisteras hay muchas en todo Cádiz y solo se elaboran en Semana Santa. El nombre de este tipo de galleta en forma de rombo se debe al ingrediente parecido al alpiste, el sésamo, que lleva en su receta y decora su superficie. Pero hay que reseñar que las alpisteras de Sanlúcar de Barrameda no llevan ajonjolí o sésamo, sino que van bañadas con un almíbar de limón formando una capa blanquecina. Un buen sitio para comprarlas es en la bollería La Merced Casa Guerrero (calle Ancha, 72), en Sanlúcar. Aquí preparan también los típicos pestiños y las tortas de aceite.

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Las marañuelas de Luanco y Candás

Estos dulces típicos de los concejos asturianos de Carreño y Gozón se elaboran el domingo de Pascua para celebrar la Semana Santa con la familia. Se trata de una especie de rosca que se trenza de distintas formas y se hornea. Su origen data del siglo XVIII y, aunque son muy similares, las marañuelas de Candás se diferencian de las de Luanco en que usan huevos enteros y en las de Luanco yemas de huevo, siendo más duras que las de Candás. Durante la Semana Santa se celebran festivales en honor de las marañuelas. El de Luanco es uno de los más concurridos y las confiterías asturianas ofrecen este bollo típico.

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Los huevos de Pascua de chocolate

De entre todos los dulces de Semana Santa, los huevos de Pascua son los que consiguen atraer más miradas en los escaparates de las pastelerías. Son auténticas obras de arte que, a veces, hasta da pena comerse. Los maestros chocolateros se superan cada año creando esos huevos esculturales, con diseños y estilos que ya son fácilmente reconocibles. Es, por ejemplo, el caso de Jordi Roca, en Rocambolesc (Girona, Barcelona y Madrid) que este año nos lleva hasta 'heladoscuro' con el rostro negro de Dart Vider (que esconde pequeñas figuritas de chocolate con leche). Por su parte, Alejandro Montes, de Mama Framboise, en Madrid, se ha inspirado en las casitas suizas, con vaca y todo, aunque no faltarán sus lindos animalitos, con la gallina como gran estrella de la temporada.

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Panquemados de Valencia 

El panquemado es una de las elaboraciones más típicas de tierras valencianas durante la Semana Santa. Este bollo recibe distintos nombres, según la comarca: panou, toña, fogaseta, fogaza, pa socarrat, cóc, tonya... Es un tipo de roscón de Pascua o mona de Pascua, que es otro de los dulces que tradicionalmente se consumen en la región en estas fechas. Los mejores salen de los hornos de Vicente García (Avda. del Reino de Valencia, 6), El Forn de Manuela, en la zona del Campanar (Carrer de Benidorm, 12), donde se hacen muy buenos panes y otros dulces de Semana Santa, como las cocas de pasas y nueces o los pasteles de boniato, y La Tahona del Abuelo, en el barrio del Cabanyal. En Madrid los encuentras en la pastelería Le Bec-Fin (foto).

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Los buñuelos, un pecado

Estos son de Le Bec-Fin, una nueva pastelería que las hermanas Liñero, de una familia de expertos obradores, ha abierto en Madrid (Claudio Coello, 58) donde. además. encontrarás un buen surtido de otros dulces de Semana Santa. Los buñuelos de viento, solos o rellenos, son un dulce de sartén que se elabora en muchos hogares en Semana Santa y no falta tampoco en las pastelerías. En Galicia son típicos los buñuelos de crema y de manzana, como los preparan en Confitería Berna (La Coruña). Y en Sevilla, en Confitería Los Angelitos los viernes de Cuaresma se elaboran los buñuelos rellenos de crema rusa (crema pastelera con merengue). 

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