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Tras curtirse en los fogones de grandes casas como El Bohío, Santceloni, Urrechu o Piñera, Aranda decidió emprender su propio proyecto de restauración, La Cabra, que abrió sus puertas de 2013 y solo un año después obtuvo su primera estrella Michelin. Javier tenía solo 27 años entonces.

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El restaurante La Cabra cuenta con distintos espacios. Además del comedor tiene también una tapería para comer de forma más informal, un salón privado, una coctelería, y una preciosa bodega (en la foto) con más de 130 referencias en la que es posible tomar un copa o disfrutar de una cata. Aquí, el cliente puede también guardar sus propios vinos. 

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Aranda, en uno de los espacios de Casa Decor. El joven chef se ha hecho cargo este año de la oferta gastronómica de este importante evento dedicado al mundo de la decoración. Foto: Viseras. 

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El restaurante Gaytán cuenta con una gran cocina vista, en forma ovalada, que permite a los clientes (sentados en mesas estratégicamente colocadas alrededor) observar de cerca el trabajo de Aranda y su equipo. 

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"Global y, al mismo tiempo, muy defensora de la materia prima española". Así define Aranda la cocina que practica y que se materializa en platos tan apetecibles como estos cuatro que vemos en la imagen. 

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"Sin mi equipo no soy nada, gracias a ellos estoy donde estoy", asegura Aranda, a quien vemos en la imagen con algunos de sus compañeros en el restaurante La Cabra. 

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Aranda es un apasionado de las culturas gastronómicas de otros países, una devoción que queda reflejada en su cocina, incluso en la decoración de algunos rincones de sus restaurantes. Foto: Viseras. 

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'Ravioli de pollo de corral', una de las creaciones que forman parte del nuevo menú que Aranda está sirviendo en Gaytán bajo el nombre 'Gran ruta de la seda y las especias'. 

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La oferta gastronómica de Casa Decor abarca desde una carta diaria a desayunos, cócteles o comidas de empresa, como la que Aranda preparó hace escasos días para recibir a algunos amigos de ¡Hola! Foto: Viseras. 

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Nos cuenta Aranda que, si alguien visita La Cabra, no debe perderse uno de sus clásicos: la torrija (en la imagen). 

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