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Llegas, te sientas... y comes o cenas acompañado en las communal tables, esas grandes mesas corridas que invitan a disfrutar de la comida con el resto de comensales. Sin reserva previa, sin más protocolos. A veces es una mesa única, otras ocupa un lugar destacado en el restaurante, pero están siempre listas para ser ocupadas, tanto si vas solo, en pareja o con amigos, ¡en estas mesas hay sitio para todos!

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Cenas divertidas en el universo Fismuler

Lo primero que encuentras en Fismuler, el restaurante más canalla del chef Nino Redruello en Madrid, es una gran mesa alta de madera, rodeada de alcoholes artesanos macerando. Un poco más adentro aparece otra mesa corrida montada para ser ocupada "por quien esté de paso o haya improvisado y se presente sin reserva". Para el resto de mesas individuales o de grupo sí que hay que reservar, sobre todo para cenar (momento el que se genera un ambiente de fiesta íntima, gracias al diseño nórdico-industrial, las luces tenues, las velas y la música en directo). Los primeros martes de mes "se improvisa" y en esa mesa se reunen 18 comensales sin saber qué cenarán, o qué habrán ingeniado Nino y Patxi Zumárraga para fismulear.

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Si te gusta esta mesa, dale al 'like'

Este restaurante del barrio del Raval, en Barcelona, lo tiene todo. La decoración de Gats es el sueño de los instagramers, con grandes ventanales, plantas y un estilo industrial con toques vintage que consiguen un espacio muy acogedor donde el tiempo pasa lentamente. Su cocina acierta también con todos los gustos. Su propuesta: tapas de toda la vida renovadas con mucho estilo que puedes probar en la gran mesa central de madera en la que se acomodan grupos de amigos, parejas y foodies solitarios. Hay mucho que probar. Desde las Patatas bravas a la premiada Tosta de sardina ahumada con miel de trufa, sin pasar por alto los arroces y fideuás de mar y montaña que se cocinan al carbón.

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Vanguardia riojana en las mesas 

Tondeluna fue un pionero en esto de las communal tables en Logroño. La cocina de Francis Paniego está a la vista y seis mesas largas forman la sala donde se comparte el placer por la comida. La madera de haya (de producción sostenible) se ha usado en toda la decoración creando un ambiente luminoso y muy acogedor donde degustar esa cocina rica, de temporada y cercana, con el sello personal que imprime Paniego. La huerta riojana se cuela en todos los platos y los llena de sabores auténticos, con sus espárragos, alcachofas y puerros, las pochas y menestra, fabulosos pescados y carnes. Toda buena comida en Tondeluna debe comenzar probando las croquetas de Marisa (madre de Fracis), entre las mejores de España, y terminar con la Tosta templada de queso de los Cameros, manzana y helado de miel. Se puede comer a la carta (la mayoría de platos son aptos para celíacos), elegir un menú degustación, o pedir medias raciones.

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En Arallo, ¡hasta la cocina!

En Taberna Arallo (en La Coruña, Madrid y Mallorca), lo tienen claro. La cocina es lo importante, por eso está abierta y unida a la enorme y única mesa donde los clientes se van acoplando para "probar, compartir y experimentar". No hay paredes, no hay truco, todo está a la vista, no hay rerservas. Al entrar se coge un ticket, como en el súper, y te acomodas para esperar a que llegue tu comida "contaminada", como definen estos platos que unen la cocina atlántica (con el sello Anxo García e Ivan Domínguez) con sabores del mundo que se comen con palillos y tenedores de madera. Vivirás una explosión marina con los mejillones al curry verde, los nigiri, croqueta de merluza, las sardinas, navajas, vieiras..., y una locura carnívora con la ternera gallega como estrella indiscutible. Un gallego nada convencional que gusta mucho.

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La mesa más buscada de Madrid

En Tripea hay que llegar con tiempo para coger sitio en su mesa única y esperar a que salgan los platos que Roberto Martínez prepara cada día, en esa cocina libre y de mercado que regala un aroma exquisito al mercado de Vallehermoso (Madrid). A pesar de su corta vida ya ha conseguiro colocarse entre los restaurantes más 'buscados' de la capital. El chef viene de cocinas tan prestigiosoas como Nikkei 225, Kena o Nakeima y crea platos con los que se te hace la boca agua: Shitakes y champis al ajillo y jengibre con crema de huevo frito; Wonton frito de pata enmolado; Curry ají de gallina; Siu Mai Liebre a la Royale o el Ceviche wok de mejillones con ají amarillo. Puro sabor.

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Mesas gastroculturales en San Sebastián

Si estás de ruta cultural por San Sebastián, te gustará conocer Bokado San Telmo, el restaurante cafetería está en la Plaza Zuloaga y forma parte del complejo del Museo de San Telmo. Su ubicación es excelente, en las faldas del Monte Urgull, al borde del Paseo Nuevo y en la Parte Vieja de San Sebastián. Las mesas corridas ocupan el espacio interior y la terraza es amplia y acristalada. Aquí puedes tomar pintxos, al más puro estilo donostiarra, o pedir el menú. También puedes apuntarte a los cursos de cocina, ya sabes que son expertos en los pintxos más vanguardistas, pequeños bocados a los que aplican todo su I+D.

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Del mercado... a la mesa

Mercado Trangantúa invita a sentarse a su gran mesa, con una base diseñada en forja por Daniel Fernández Acera que, junto a su hermano Pablo, lideran este restaurante del mercado de Antón Martín en el centro de Madrid. Los locales con cocina de todo el mundo se alternan en los pasillos con los puestos de productos frescos, la pescadería, la frutería, la pollería... Tragantúa presume de ese producto 'kilómetro 0' con el que elabora sus tapas, bocadillos gourmet y menús del día. Si quieres probar alguna de sus recetas estrella, tienes que pedir su 'pulpito caliente', una versión en bocata del pulpo a la plancha acompañado de patatas revolconas y guacamole. ¡Está riquísimo!

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Siéntate con tu mascota

Una gran mesa de madera maciza preside el comedor de El Perro y la Galleta e invita a sentarse tras un paseo por el madrileño parque del Retiro que está justo enfrente. Aquí, además, puedes ir con tu mascota para desayunar, tomar el brunch, comer o cenar en un local de lo más chic. Su cocina es de mercado y vanguardista, con algunos platos ya míticos, como los Chipirones con arroz negro, el Risotto de boletus y nuevas incoporaciones como la Ensaladilla rusa con carpaccio de gambón o la Coca de jamón de pato, higos, rabanitos y foie y el Costillar de ternera en dos cocciones. Los postres son un universo aparte. Sea cual sea tu elección, aciertas seguro. Son puro placer, desde el Tiramisú al Crumble de manzana.

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