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Del 28 de abril al 1 de mayo, los amantes de las anchoas tienen una cita en Santoña.

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La Feria de la Anchoa y de la Conserva de Santoña es una de las citas gastronómicas más importantes donde se organizan exhibiciones de la elaboración de la anchoa y el jurado realiza la cata-concurso para conocer cuál será la Mejor Anchoa del Año.

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El origen de la anchoa de Santoña se remonta a finales del siglo XIX, cuando el siciliano Giovanni Vella llega a las costas cántabras en busca del boquerón para enviar a Italia (que había esquilmado sus bancos) e inventa la técnica para enlatar la anchoa, sin piel ni espinas, lista para comer. En Santoña encontrarás una calle con su nombre.

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Gran parte del proceso de la elaboración de la anchoa de Santoña se hace de forma artesana y manual: desde la limpieza del bocarte cuando llega recién pescado al sobado con paño después de su curación durante ocho meses. Durante la Feria de la Anchoa de Santoña se pueden probar y comprar conservas a precios de fábrica.

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En la actualidad son más 50 las conserveras que trabajan en Santoña, como La Reina del Cantábrico, que solo elabora sus anchoas con bocarte del Cantábrico, capturado en primavera cuando tiene su punto óptimo de grasa, sabor y textura.

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Gildas, un pincho clásico hecho con la anchoa, aceituna y piparra o guindilla en vinagre, una sugerencia de Conservas Catalina que consiguió el galardón de Mejor Anchoa de la Feria en los años 2014 y 2015.

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Santoña es una villa marinera llena de historia y encantos naturales, como la ruta de los fuertes napoleónicos y el impresionante faro del Caballo, al que se accede por una tortuosa escalinata de más de 700 escalones en el monte Buciero.

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