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Siguiendo algunas pautas sencillas, los 'disfrutones' de los vinos pueden no sólo alargar la vida de los caldos que están por descorchar sino que también podrán mantener por más tiempo en condiciones idóneas las botellas que ya están abiertas.

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El tinto aguanta la oxidación mejor que los rosados y los blancos. Los espumosos son los más volátiles, siendo lo más aconsejable consumirlos en el día.

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Las botellas almacenadas que no se han abierto aún deben permanecer tumbadas de modo que el vino esté en contacto con el corcho.

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Una pequeña bomba de vacío y sus correspondientes tapones son un accesorio económico de gran utilidad a la hora de conservar los caldos, una vez abiertas las botellas. En la imagen vemos una de la marca Vacuvin, a la venta en Lavinia por 11.90 euros.

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