Planes ‘gastro’: siete restaurantes para disfrutar de una rica calçotada

'Mas Vinyals' es una antigua casona del siglo XIII que sirvió de refugio durante la Guerra Civil ubicada muy cerca de Vic. Está plagada de encanto y cuenta con un servicio muy familiar.

Además de sus calçots, el menú cerrado de calçotada de 'Mas Vinyals' también incluye algunos platos que cocinan con productos de su propio huerto y siempre de temporada. Y además, ecológicos.

Ubicada en Valls, tierra 100% de calçots, la 'Masía Bou' es de los restaurantes con más tradición de la región. Además de calçots, su menú incluye los productos más tradicionales de la zona, como la butifarra de Valls con judías.

Cuenta la tradición que el aperitivo de las calçotadas debe hacerse en la calle. En el caso de 'La Boella', una preciosa masía del siglo XII, se cumple a la perfección.

En 'La Boella' se sirven como platos fuertes los calçots con romesco y la butifarra, morcilla del Perol, longaniza, costillas de cordero, panceta ibérica, patatas de Prades, alcachofas del Prat y el clásico salteado de judías blancas. Una delicia.

Y en Mallorca, el restaurante 'Classic' lleva años importando la tradición catalana a sus fogones a través de platos como los caracoles o los calçots. Su menú cuesta 25€.

En Madrid, el restaurante 'Paradis' se diferencia del resto de sus competidores en que aquí los calçots se sirven rebozados. El resto del menú es bastante similar.

Pan con tomate, butifarra de payés, pollo, panceta, lomo ibérico o chuletas de cordero completan un menú que incluye postre y bebidas por 35 euros en el restaurante 'Paradís'.

Y el restaurante 'Calsot' se lleva el honor de ser el restaurante más catalán fuera de Cataluña, donde se puede disfrutar de una calçotada de lo más auténtico en Hoyo de Manzanares.

Típicos embutidos catalanes completan una oferta gastronómica a la altura. Todo, servido en el restaurante 'Calsot', en Madrid.

En el 'Asador Neguri', en Zaragoza, el menú cuesta 32,45 euros e incluye su ya famosa teja de calçots y un segundo a elegir entre costillas de cordero o ternasco asado.