Planes con sabor: Gastronomía en museos, cuando el arte y la cocina van de la mano
Que la gastronomía cuenta con un gran componente artístico es algo que, a día de hoy, pocos ponen en duda. Nuestra agenda de esta semana hace parada en cuatro magníficos restaurantes donde cocina y arte forman, más que nunca, un tándem irresistible. ¿Te vienes de museos con nosotros?
Nerua, el restaurante del Museo Guggenheim Bilbao, obtuvo su primera estrella en la 'Guía Michelin 2012' gracias al buen hacer culinario de su chef Josean Alija.
Nerua es un espacio de vanguardia, como lo es el museo que lo alberga, un restaurante neutro y armonioso.
El equipo de cocina del restaurante Nerua, en Bilbao.
Josean Alija, chef de Nerua, es un confeso adicto a los desafíos gastronómicos.
Milhojas de patata, manzana y lima, en Nerua.
Cocina creativa en el corazón del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Estamos en La Sucursal, Valencia.
La Sucursal cuenta con una estrella Michelin. Desde su cocina se trata con mimo una cuidada gastronomía donde el producto es el rey.
La terraza de La Sucursal es ideal para las largas y calurosas noches de verano en Valencia.
El restaurante Les Ombres cuenta con un menú especial (42€), que incluye un entrante, plato y postre a tu elección.
El chef Frederic Claudel, cocinero del restaurante Les Ombres, en el Museo de Quai Branly de París.
Tanto el edificio del museo como también el restaurante están diseñados por Jean Nouvel y cuentan con unas privilegiadas vistas a la Torre Eiffel.
El Chef Frederic Claudel y su equipo ofrecen una cocina sorprendentemente sencilla pero muy sabrosa en el restaurante Les Ombres.
“Desarrollamos una gastronomía basada en la frescura y la estacionalidad. La clave está en la elección de productos y en una cocina coherente con nuestra tarjeta de crédito”, afirma Claudel.
El restaurante de la Tate Modern cuenta con unas impresionantes vistas sobre el Támesis, la catedral de St Paul’s y de la City de Londres.
‘Vieiras con almendras, corteza de tocino, puré de espinacas y huevas de salmón’ como entrante, uno de los platos más sabrosos de la carta en una cocina sencilla centrada en el producto en la siempre sorprendente Tate Modern.