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Los manjū son una especie de bollos, de origen chino, cocidos al vapor que pueden llevar distintos rellenos. Estos son los que sirven en Hattori Hanzo.

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El postre preferido de Doraemon era el dorayaki, que aunque para nosotros estaba relleno de crema de cacao, en realidad se trata de una pasta de judías.

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Los farolillos a la entrada de este tipo de establecimientos son uno de los artículos decorativos más reconodibles de las izakayas, tanto en España como en Japón.

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El karaage es uno de los platos más típicos en las tabernas japonesas. Se trata de pollo marinado y rebozado servido con una característica salsa.

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No estaríamos hablando de una auténtica izakaya sin mencionar su plato estrella, el okonomiyaki, lo que para muchos es la pizza japonesa.

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La influencia mediterránea en la cocina de Kenji Ueno se percibe en ingredientes como las ostras.

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Puro amor en un bol de sopa es lo que se sirve en el restaurante Ramen-Ya Hiro. En la foto, el ramen de marisco, uno de los más demandados.

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El tataki-don con edamame sin cáscara de Hattori Hanzo se sirve en un cuenco de arroz japonés, una estética de lo más japonesa.

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La oferta gastronómica del Ramen Ya-Hiro también incluye platos como yakisoba, gyozas o onigiri, aunque su plato estrella es, como su nombre indica, el ramen.

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