Tras pasar cuatro años en Londres (en restaurantes como
Nobu o
Hakkasan),
David Muñoz volvió a Madrid en 2007 para hacer realidad su sueño: montar su propio negocio bajo el nombre de 'DiverXo'. El local pronto se le quedó pequeño, así que llegó la mudanza a un nuevo espacio y, con ella, llegaría también en 2009 la primera estrella Michelin. La segunda no tardaría mucho: en 2011. Anoche Muñoz se hacía con la tercera, gracias a una cocina tan sólida como personal e imaginativa, que fusiona a la perfección Oriente y Occidente. El cerdito con alas que vemos en la imagen es uno de los elementos decorativos más característicos de su restaurante. Y es que para David, este icono es el símbolo perfecto de la imaginación.