Oviedo se ha ganado por méritos propios el título de Capital Española de la Gastronomía que lucirá durante todo este año 2024 que acabamos de estrenar. Nunca faltan motivos para ir a Oviedo, pero este es uno más para recorrer la capital del Principado de mesa en mesa. Podemos empezar esta ruta del sabor desde la Catedral de El Salvador, con su hermosa torre y las auténticas joyas que atesora en el interior.
La Plaza de la Catedral, con la estatua de La Regenta.
Alrededor de la plaza aparece todo un catálogo de palacios, pero el punto más concurrido es la escultura de La Regenta, siempre dispuesta a hacerse un selfie con los turistas. Es una de las muchas estatuas que pueblan las calles y forman una ruta en la que nos toparemos con Woody Allen paseando por la ciudad, a Mafalda sentada en un banco del Parque San Francisco, la Maternidad de Botero, el Culo de Úrculo y así hasta más de cien esculturas urbanas, un museo a pie de calle.
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Desde la Plaza del Ayuntamiento, por la esquina más próxima a San Isidoro, se sale hacia El Fontán, una de las plazas más populares de Oviedo y donde se celebra mercado jueves y sábados, además del domingo, cuando hay con un concurrido rastro junto al Arco de los Zapatos, donde antiguamente se vendían madreñas. Es un buen lugar para tomar el aperitivo con unas botellas de sidra o una buena comida en sitios como Casa Ramón, que ocupa la esquina de la famosa casa de fachada amarilla y azul. Son míticos los calamares fritos y de la carta destacan los guisos más tradicionales, como la fabada, el pote (que cuenta con premio), las fabas con almejas y los callos caseros, además de su excepcional marisco y pescado de rula.
Casa Ramón, en la plaza Fontán, con la fachada amarilla y ventanas azules.
Una escultura recuerda aquí a las primeras “muyerinas” que vendían los productos de la huerta y que ahora los hacen junto a otros puestos de cultivos ecológicos y venta de ropa. Muy cerca está el mercado de abastos, donde puedes comprar alimentos frescos, y aquí encontrarás también tiendas con productos gastronómicos típicos de Asturias, desde el apaño completo para hacer fabada a las sidras y vinos de la zona. Manduca Selección (Marqués de Teverga, 4) es un buen sitio para dejarse aconsejar por su dueña, Carmen Suárez Rodríguez, y comprar alimentos frescos, quesos asturianos y llegados de todo el mundo, vinos, cervezas, miel, conservas, tés, chocolates y una gran variedad de dulces.
Carmen Suárez Rodríguez cuenta con un gran surtido de quesos en Manduca Selección.
Hablando de dulces, ¿sabías que a los ovetenses se les conoce como carbayones? Este popular gentilicio se debe a un gran roble (“carbayo” en asturiano) que existía en la parte baja del Campo San Francisco. Su tala, en 1879, para abrir la nueva calle central de la ciudad provocó el enfado de los ciudadanos. En esa calle Uría una placa de bronce recuerda ahora el emplazamiento de aquel árbol (en el Ayuntamiento, guardado en una urna, se conserva un trozo del tronco).
Carbayones de la confitería Camilo de Blas.
Carbayones son también los pastelitos más famosos de Oviedo. Un invento de la confitería Camilo de Blas que se elabora con hojaldre, crema de almendra marcona, bañado con yema y azúcar. Otro clásico dulce de la capital asturiana son las Moscovitas: finas pastas de almendra marcona y cobertura de chocolate con leche. Son elaboradas «una a una» de manera totalmente artesana siguiendo la receta original de los antiguos maestros confiteros de Rialto, y sigue siendo uno de los souvenirs más vendidos.
Ruta de la sidra y los cachopos
Gascona es la calle de las sidrerías en Oviedo
La calle sidrera por excelencia es Gascona, hoy conocida como “El bulevar de la sidra” al reunir una decena de sidrerías siempre animadas y que además organizan muchas actividades de promoción a lo largo del año; la más conocida es la “Preba de la sidra” (se celebra en junio), con votaciones, de jurado y popular, para elegir la mejor sidra y miles de “catadores” que abarrotan la calle ataviados con pañuelos verdes al cuello.
En muchas de estas sidrerías se ha recuperado la costumbre de cantar, así que no es raro que te encuentres con música de chigre, canciones populares que se interpretan los jueves por la tarde-noche.
Los cachopos de las Tablas del Campillín son los más premiados de Oviedo.
Para los que prefieren el vino, la zona de Manuel Pedregal (conocida como Ruta de los vinos) o la plaza de Pedro Miñor o la Avenida de Galicia, en la zona alta, será su destino. Y si buscas uno de los mejores cachopos de Asturias, lo encontrarás en Pichote La Sidrería, aunque el récord de cachopos premiados los tiene Las Tablas del Campillín, que se encarga de organizar el concurso y es todo un experto.
Tierra Astur Oviedo, restaurante y sidrería con productos de la tierra.
Por debajo de la calle Gascona hay un nuevo destino gastronómico, El Vasco. Un gran espacio de ocio donde estaba una antigua estación de tren, y donde ahora se ha instalado Tierra Astur, con su sede más grande en toda Asturias. Esta sidrería se ha decorado con detalles que recuerdan a la minería y el ferrocarril asturiano. Han creado un túnel con traviesas y el suelo con iluminación indirecta está rematado por varias cascadas de botellas de sidra que crean un ambiente único para recrearse en gastronomía asturiana más original que se sirve aquí.
Con el sello de Nacho Manzano
Nastura, de Nacho Manzano, en El Vasco. Al fondo del macroespacio gastro se encuentra NM, con una estrella Michelin.
En este mismo centro, el chef Nacho Manzano ha abierto Nastura, con diferentes ambientes y decoración también con guiños ferroviarios, con mesas que recrean los viejos vagones, y en donde se pueden comer algunos de sus platos más aclamados, como las croquetas, los tortos con revuelto y el arroz con pitu de caleya, pero también pescados y mariscos frescos del Cantábrico, carnes a la parrilla, cocina fusión y pizzas horneadas en un auténtico horno napolitano. Además, allí se encuentra NM, un espacio casi clandestino dentro de Nastura, con aforo para 25 personas, donde el chef ofrece su cocina más personal… y ya ha ganado su primera estrella Michelin.
Croquetas de jamón de Gloria
En Oviedo, el primer restaurante que abrió la familia Manzano fue Gloria (Cervantes, 24), en homenaje a su abuela, con un concepto urbano y desenfadado. Sigue siendo un lugar al que acudir para probar las recetas más afamadas de los hermanos Nacho y Esther Manzano, imprescindibles las croquetas de jamón 'lloronas' de la cocinera, tan cremosas, siempre entre las mejores de España.
Cocina asturiana en estado puro
La lista de sitios en los que comer en Asturias puede completarse con algunos nombres imprescindibles como Casa Fermín. Fue el primer restaurante que obtuvo estrella Michelin en Asturias, en 1976, y la mantuvo más de 20 años. La historia de la casa está ahora en manos de la tercera y cuarta generación, con la hija de los dueños, María Jesús Gil, y su marido, Luis Alberto Martínez, quien se ocupa de la cocina, y la incorporación de su hijo Guillermo Martínez. Casa Fermín ofrece una carta con platos muy cuidados, con pocos ingredientes y elegantes presentaciones, como los Mejillones, ajoverde, cítricos y espuma de manzana, la Merluza con emulsión de su jugo y pisto de tomate o Tendón de ternera, bearnesa de chocolate blanco y su jugo.
La cocina exquisita de Luis Alberto Martínez en Casa Fermín.
Ca' Suso es otro acierto seguro. Los hermanos Fernández Feito llevan, desde 2006, haciendo comida casera con toques de autor en un ambiente sencillo y acogedor. Hay que probar sus croquetas fluidas de queso La Peral, el Chosco de Tineo con berza y unos callos al más puro estilo asturiano: "pequeñines, picantines y pegajosines".
Y si nos alejamos un poco del centro de la ciudad, merece la pena conocer Casa Chema, donde ejerce una de las guisanderas más reconocidas del Club de Guisanderas de Asturias: Joaquina Rodríguez. A unos cinco minutos de Oviedo, en la salida 35 de la Autovía A66, se encuentra esta casa de comidas tradicional en la que se alternan los guisos asturianos con elaboraciones veganas, incluidas las adaptaciones de la fabada, el pote y hasta el cachopo. Cuentan con su propia huerta y están rodeados de naturaleza.
Joaqui, guisandera de Casa Chema, en su huerto.
La fabada de Joaqui fue la ganadora del Concurso de la Mejor Fabada del Mundo en 2011 y 2017, así es que no hay que dudar en probarla, como sus fabas con almejas, las verdinas con calamares o el pote asturiano.