Emocionante sin duda la semifinal de MasterChef Celebrity en la que se escogieron los cuatro aspirantes que se enfrentarán al reto final. Laura Londoño, Daniel Illescas, Álvaro Muñoz Escassi y Toñi Moreno se hicieron con las plazas de finalistas después de una noche de retos de altura. A las puertas se quedó Blanca Romero, que se había perfilado como una de las favoritas durante todo el talent. Sorpresa entre los compañeros al despedir a la asturiana que se fue haciendo gala del irónico sentido del humor del que ha presumido durante el formato. El resto de concursantes se enfrentan ahora a la fase final de la que saldrá solo un ganador con los 75.000 euros para donar a la ONG de su elección.
En el primer reto los concursantes tenían que volver a preparar la peor receta que hicieron en el programa. Para ayudarles recibieron la visita de sus familiares, un momento tremendamente emotivo pues estuvieron entre otros la abuela de Daniel o el hijo pequeño de Blanca. La mejor valoración la obtuvo Toñi Moreno, que viajó así a Córdoba para la prueba de exteriores con el ánimo renovado. En la ciudad andaluza tuvieron que replicar un menú diseñado por Paco Morales divididos como siempre en dos equipos. Fue Toñi la encargada de dividir a sus compañeros: Blanca, Dani y ella misma se quedaron en el equipo rojo, mientras que Laura y Álvaro integraron el equipo azul. Los capitanes fueron Dani y Laura.
En esta prueba Laura Londoño se proclamó primera finalista. “Laura, toma aire, eres finalista de la octava edición de MasterChef Celebrity 8” le dijo Jordi Cruz antes de que saltara de entusiasmo. Se libró así de la última prueba, sin duda, complicada: la elaboración de un televisor vintage de chocolate que trajo el maestro chocolatero David Pallás. Los mejores fueron Álvaro, que hizo un postre de “alta repostería” y Toñi, mientras que Blanca Romero y Daniel Illescas se quedaron en manos del veredicto del jurado. La expulsada fue Blanca, toda una inesperada decisión pues la asturiana se había perfilado como una de las firmes candidatas a la final con su buena mano en los fogones.
Además protagonizó una de las anécdotas más divertidas de la noche. Toñi Moreno reveló que Blanca se había llevado una sorpresa al enterarse de que el premio final no era para ellos. “A puertas de la final, se entera de que los 75.000 euros del premio no son para nosotros” dijo Toñi, a lo que Blanca respondió con humor: “Yo estaba a punto de abrir ostras con los dientes por esos 75.000 euros”. Con ironía, Blanca le decía a Toñi que no debía llorar tanto. "Aunque no haya esa recompensa económica, tenemos que cocinar con gusto y bien", le contestaba Pepe Rodríguez. "Si hubiese llegado a saber que ese premio no iba a ser para mí, hubiese currado lo mismo y hubiese metido la pata las mismas veces, pero no hubiese dado la imagen de loca que he dado. Entonces, hubiese guardado un poco más la compostura” confesó la asturiana.
La asturiana reconoció que no se suele leer los contratos así que no se había enterado que el premio era para donar a una ONG. Comentó, antes de abandonar las cocinas, que su intención era destinar el dinero a una asociación contra el cáncer que ayuda a niños afectados por esta enfermedad. No ha podido sin embargo cumplir su objetivo.