La salida de Ana de las cocinas de MasterChef ha sido del todo inesperada. La andaluza había demostrado en estas semanas que tiene buena mano para la cocina, sobre todo para los postres, por lo que ha resultado aún más dramático que fuera precisamente una receta dulce la que le costara su puesto en las cocinas. Esta última expulsión deja cinco nombres en la lista de semifinalistas de los 23 que comenzaron hace ya más de dos meses su andadura en el talent. Se han enfrentado a todo tipo de retos, pruebas, tensión y nervios, recetas casi imposibles y traiciones inesperadas, pero han llegado a la recta final. Con la lección bien estudiada quieren sorprender en las pruebas finales para hacerse con el preciado trofeo, aunque todavía les queda un último escalón. Repasamos las fortalezas de cada uno de ellos para obtener un puesto en el duelo final.
Jotha, el semifinalista inesperado
El DJ de 35 años es un experto en sorprender. Se ha definido siempre como muy competitivo y no le ha importado ponerse a algunos compañeros en contra con sus controvertidas decisiones, como aquella en la que envió a todos a la prueba de eliminación. La cocina es un entretenimiento (su pasión es la música) en el que quiere profundizar y poco a poco ha demostrado su evolución, sobre todo en los platos dulces. No ha tenido miedo en las distintas pruebas pues se ha enfrentado a todo lo que se le ha propuesto cuando llevaba puesto el delantal negro, incluso a lo más difícil (recordemos el enorme árbol de chocolate que le costó el puesto a Marta). Su buen humor y simpatía arrancan una sonrisa en los jueces siempre que le hacen una valoración, igual que sus conversaciones con el Jordi de cartón que le acompaña siempre que sube a la galería. Se define a sí mismo como uno de los concursantes “morralla”, aunque ha ido superando cada eliminación y ha descubierto su buena mano con los postres. Quién sabe si la buena suerte le acompañará hasta la final.
Pilu, la favorita de las últimas semanas
Paso a paso esta controladora aérea de 24 años se ha colado entre los mejores platos de la edición. Ha rivalizado en las últimas semanas por el primer puesto con Eneko, demostrando que las clases y el estudio en casa dan sus frutos. La gaditana tiene claro que hay momentos para disfrutar, pero también para esforzarse, por eso en las pruebas da el máximo. Es una de las concursantes que mejor relación ha tenido con sus compañeros pues no se ha involucrado en los desencuentros de los grupos, aunque con Ana ha tenido, sobre todo en los últimos días, sus más y sus menos –le dio un plato que no le gustó en una prueba de eliminación y Ana sospechó de sus verdaderas intenciones-. Las recetas con sabor andaluz le han dado muy buenas críticas.
Eneko, el exfutbolista que quiere cambiar su vida
A sus 38 años, Eneko tiene claro que la cocina es su futuro. Hasta los 31 años estuvo en el campo de fútbol, pero las continuas lesiones acabaron con su carrera. Quiere dar un giro a su vida dedicándose a su pasión por cocinar y ha demostrado que puede concentrarse y gestionar la presión. Junto a Álex y Lluís ha formado un grupo que no deja de estudiar nuevas recetas y se apoya en los momentos más intensos del programa. Les gusta cocinar juntos en las pruebas por equipos aunque ahora tendrán que sacar su vena más competitiva. Aunque Eneko siempre se ha perfilado como uno de los aspirantes más tranquilos, sí que ha sacado esta faceta cuando lo ha necesitado (sobre todo en la prueba de los robos). Uno de sus puntos a destacar es el emplatado que siempre es muy estético y apetecible, lo que suele ir unido a ideas originales con mucho sabor.
Lluis, el concursante con más seguridad
A sus 27 años, sus pilares son su familia y sus amigos. Ha trabajado como modelo y aguanta con humor las bromas que le hacen por ser uno de los concursantes más atractivos de la edición. Ha demostrado sin embargo que además de físico tiene mano para cocinar, aunque a veces no está del todo de acuerdo con la opinión de los jueces. Se ha mostrado seguro de sus recetas lo que le ha costado algún que otro enfrentamiento con Jordi, que le ha acusado de tener poca capacidad de autocrítica. Lluís está convencido de que su esfuerzo dará sus frutos. Sus compañeros sufren cuando le ven cocinar pues le consideran demasiado tranquilo y a veces parece que no le va a dar tiempo a terminar. Esta es sin duda una de sus fortalezas pues (al menos así parece) nunca pierde los nervios aunque aumente la presión en las cocinas.
Álex, el junior que se ha hecho mayor
Ya tenía esa cara de pícaro cuando participó en MasterChef Junior. Ahora tiene 19 años y un sueño muy claro: convertirse en chef y aspirar algún día a una estrella Michelin. Álex se puso a estudiar cocina cuando terminó la escuela y tiene claro que su futuro está entre cazuelas, aunque no cualesquiera sino las de una cocina de vanguardia. Domina muchas técnicas y elaboraciones tradicionales por lo que la exigencia de los jueces ha sido máxima. Ha respondido de manera muy positiva a todos los retos, aunque los fallos han marcado varios de sus cocinados. Hace un par de semanas que no acierta con sus elaboraciones pues se exige tanto que los fallos le enfadan y le desconcentran. El "niño", como le han apodado, es una baza firme para la final pues sus platos están llenos de sabor. ¿Lograrán sus compañeros hacerle sombra?