Son muchos los iconos indisociables de la imaginería ligada a la Feria de Abril. Y, sin duda, la Manzanilla está entre ellos. Un vino blanco y seco del que se venden miles de botellas cada vez que llega esta popularísima fiesta andaluza (que este año arranca el próximo 23 y se prolonga hasta el 29). En realidad, deberíamos decir medias botellas, ya que es este el formato más consumido y vendido -con el fin de que la bebida no se caliente-. Solo una de las muchas curiosidades que hoy os contamos sobre la Manzanilla, conocida también como ‘el vino de la alegría’.
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Para poder llamarse Manzanilla, su crianza solo se puede hacer en Sanlúcar de Barrameda
Manzanilla y Fino: ¿en qué se diferencian?
En realidad ambos son vinos blancos elaborados con la variedad de uva palomino, los dos pertenecen al Marco de Jerez y son envejecidos bajo el llamado velo de flor. Esto es, una capa de levaduras que se crea en las botas (barricas), en la parte superior del vino y que forma parte del proceso su crianza. Lo que ocurre es que para que una Manzanilla pueda denominarse como tal tiene que cumplir una condición impresdincible: esa crianza únicamente puede llevarse a cabo en bodegas ubicadas en Sanlúcar de Barrameda. Y son las especiales condicionales climatológicas de esta ciudad, situada en la desembocadura del río Guadalquivir, las que confieren a las Manzanillas una serie de características particulares y diferenciadoras. Tanto es así, que este tipo de vino cuenta con su propia Denominación de Origen (la D.O ‘Manzanilla-Sanlúcar de Barramenda’).
¿Cómo es su sabor?
Al igual que el Fino, la Manzanilla es un vino seco, de color amarillo brillante y pajizo, y aroma punzante. Cuando lo acercamos a la nariz encontramos notas florales, que recuerdan a la camomila, notas de almendras y aromas a panadería. Aunque su mayor singularidad son esas notas salinas y delicadas que precisamente vienen dadas por la particular ubicación geográfica de Sanlúcar de Barrameda.
¿Con qué platos hace mejor pareja?
Los toques salinos combinan a la perfección con platos tradicionales de la Feria de Abril como los mariscos (especialmente langostinos y gambas), salazones, pescado frito, jamón ibérico, aliños e incluso la carne a la parrilla de los famosos montaditos.
Jamón ibérico y Manzanilla, una pareja gastro muy bien avenida
Medias botellas, la medida pefecta
Cómo decíamos al principio, este formato es el más consumido. De hecho, durante esta Feria se prevé, según estimaciones, alcanzar los 1,5 millones de medias botellas (cifra que duplica a la población de la capital hispalense). Con 375ml de capacidad, lo que equivale a 6 copitas, resulta ideal para que el vino no se caliente.
Siempre bien fría, por favor
Lo ideal es consumir la Manzanilla muy fría, entre 6 y 8 grados centígrados. Para conseguir mantenerla a la temperatura perfecta es aconsejable meter la botella en una cubitera con hielo y agua.
El Rebujito, uno de los cócteles más consumidos durante la Feria de Abril
La copa perfecta
Al igual que ocurre con el resto vinos, el ‘continente’ influye directamente en la degustación. Así, la Manzanilla sabe mejor en una buena copa de talle esbelto y cristal fino. Es preferible sostenerla por su base o por el tallo, así conseguirás que el vino no se caliente.
Rebujito, el combinado ideal para combatir el calor
No hay Feria de Sevilla sin su tradicional Rebujito. Un combinado con larga tradición: se sabe que ya se tomaba en la Inglaterra victoriana. Entonces se conocía como Sherry Cobbler y era una mezcla de Manzanilla o Fino, limón, azúcar, agua carbonatada y hielo picado. El Rebujito actual se elabora con Manzanilla o Fino y refresco de lima, y es ideal para combatir las calurosas jornadas de Feria. Las proporciones para elaborarlo como un auténtico experto son: 1/3 de Manzanilla por 2/3 de refresco y mucho hielo. Se puede añadir también unas hojas de hierbabuena para aportarle un plus de frescor a cada trago.
Además de Manzanilla o Fino, el Rebujito lleva refresco de lima y mucho hielo
Que no te den gato por Manzanilla
En Sanlúcar son 24 las bodegas productoras de Manzanilla, adscritas al Consejo Regulador -órgano que vela por la calidad del producto-. Así que no dudes en buscar el sello de autenticidad de la D.O (en la contraetiqueta del vino) para comprobar que estás frente a una Manzanilla auténtica.
Recuerda, siempre con moderación
La Manzanilla y la Feria de Sevilla son símbolos de celebración con amigos y familia. De momentos de alegría y diversión. Pero para que nada arruine esas ociosas jornadas, recuerda que la Manzanilla solo se disfruta con un consumo moderado y responsable. ¡No lo olvides!
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