En la repostería centroeuropea y anglosajona, el ruibarbo está muy presente. Es una verdura de origen asiático -donde se ha empleado de forma tradicional con fines medicinales- que en Estados Unidos se considera una fruta. En España no es del todo conocido y para que lo identifiques, si no lo lo has hecho ya, has de saber que es muy similar a una acelga roja y que el tallo se parece al del apio pero de color entre rojizo y verde.
Las raíces y hojas de esta planta contienen un compuesto químico llamado ácido oxálico, que en grandes cantidades puede resultar tóxico para la salud por lo que solo se consume el tallo. De sabor ácido y ligeramente dulce, sobre todo se usa en repostería cocinado con azúcar y es un vegetal con notables propiedades saludables. Son muy populares las infusiones de ruibarbo, especialmente aquellas que se combinan con jengibre.
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Si encuentras ruibarbo fresco, te aconsejamos que compres bastante cantidad y que aproveches para congelarlo en bolsas bien limpio. Aguantará hasta 6 meses.
¿Qué aporta el ruibarbo a la salud?
El ruibarbo tiene propiedades digestivas -mejora el estreñimiento y la digestión- pero también antiinflamatorias y antioxidantes que contribuyen a disminuir el colesterol y la presión arterial, además de mejorar la memoria y prevenir enfermedades como la demencia o Alzheimer. Es muy bajo en calorías y rico en vitamina C y K, ésta última ayuda a fijar el calcio en los huesos y a prevenir la osteroporosis.
Cocinar con ruibarbo
Lo podemos encontrar fresco, congelado o en almíbar. Se recomienda lavarlo bien antes de usarlo, sea en la preparación que sea. En Estados Unidos es la estrella de su rhubarb pie -una masa rellena de comporta de ruibarbo- y en Alemania de otro pastel muy famoso -rhababerkuchen-. Como más se cocina el ruibarbo es en mermeladas, confituras, compotas... que se añaden a tartas, pasteles, buñuelos, muffins, etc.
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Nuestros vecinos franceses lo añaden a salsas que acompañan a pescados, carnes de cerdo y pato y los italianos hacen con él una bebida alcohólica para el aperitivo, el rabarbaro. En Noruega es típico preparar sopa de ruibarbo y en Polonia lo toman con patatas cocinadas con distintas hierbas. En Irán lo usan para hacer un estofado de carne conocido como khorest y en Afaganistán se come con espinacas cocidas.
Paso a paso: pizza de ruibarbo, acelga roja y queso de cabra
Es más habitual usar el ruibarbo en postres, pero también le da un toque muy especial a platos salados como esta pizza, que tiene la particularidad de llevar una masa casera que no necesita reposo.
Paso a paso: ensalada con ruibarbo, rabanitos, coles y queso
El toque ácido del ruibarbo es perfecto para incorporarlo a ensaladas y otros platos saladas. Aporta color, sabor y textura. Aquí lo combinamos con otros vegetales, piñones y mozzarella.
Paso a paso: mermelada de ruibarbo, fresas y naranja
En forma de mermelada, confitura, jalea o coulís el ruibarbo es como más se suele cocinar. Lo mezclamos con fresas y naranja y tendrás un acompañamiento perfecto para tostadas, tomar con foie o quesos o como cobertura de una tarta de queso.
Paso a paso: pastel de ruibarbo
Este pastel, con textura de bizcocho, se hace mucho en Estados Unidos -rhuharb pie- y en Alemania -allí se conoce como Rhabarberkuchen-. Hay diferentes recetas y esta es una de ellas.
Paso a paso: natillas con puré de ruibarbo y 'crumble'
Te proponemos descubrir este ingrediente a través de esta receta en la que lo convertimos en puré. Lo acompañamos con unas natillas y un 'crumble'.
Paso a paso: helado de jengibre y ruibarbo
El helado cada vez se desestacionaliza más y lo tomamos en diferentes épocas del año. Hacemos uno con ruibarbo y jengibre. Es muy refrescante e ideal para poner un broche de oro a una comida.