Después de que Claudia se quedase a las puertas de la semifinal, Patricia, María Lo, Adrián, Verónica y David se convirtieron en los concursantes elegidos para disputar los dos últimos programas de la decima edición de MasterChef. Todos ellos están viviendo sin duda la experiencia de sus vidas y han tenido que reproducir en la primera prueba de la noche un plato con ostras de Pedro Subijana (3 soles Repsol), dejando momentos de mucha emoción e incluso perdón. Tras los cocinados, María Lo ha sido quien mejor ha realizado la elaboración, consiguiendo un contrato de trabajo de un año de duración en las cocinas del Resort Catalonia Grand Costa Mujeres, en Cancún (México). "Qué maravilla, de verdad. Luego hablamos cómo nos organizamos para trabajar en tu restaurante", ha dicho la concursante a Jordi Cruz en la noche en la que Patricia, la repescada, ha tenido que abandonar el concurso.
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En el arranque de esta semifinal, Adrián ha comenzado llorando con las preciosas palabras que le ha dedicado Pepe Rodríguez sobre su padre fallecido. "Si tú supieras la lección de vida que nos has dado a todos... Y recordarnos que ser buena gente no depende de lo que uno haya vivido. Has vivido situaciones duras, feas, y nunca he detectado un poquito de rabia dentro. Al contrario, solo quieres olvidar el pasado para proyectarlo mejor, ser feliz tú y que la gente que está a tu alrededor sea feliz también", ha dicho el chef al concursante, añadiendo que no sabía cuál sería la palabra más justa para hablar de él, aunque seguramente sería "ejemplar". Pero no solo eso, el dueño de El Bohío, que ha provocado las lágrimas del aspirante, ha asegurado que cree que el participante no puede ser más noble ni más valiente, animándole además a que abra el restaurante que tiene en mente y en el que tantas veces ha pensado. "Puedes llegar tan lejos como a ti te dé la gana", ha continuado el juez, que también se ha ofrecido a aconsejarle y escucharle a pesar de que sabe que no puede sustituir a su progenitor.
Pero el concursante no ha sido el único que se ha derrumbado, Verónica no ha podido contener las lágrimas cuando Jordi le ha pedido disculpas. "Creo que nos hemos precipitado utilizando la palabra soberbia, que tu reacción a nuestros veredictos no ha sido por arrogancia, sino la consecuencia de una coraza durísima que te has creado para tapar el dolor y no te imaginas lo que me alegro de que hayas sacado el martillo para empezar a romperlo. Tu imperfección ya es perfecta. Es imposible conocerte y no quererte", ha dicho el chef, halagando además a la concursante por su saber estar, dulzura e ideas claras. Tras todas estas emociones, los aspirantes han cocinado un menú diseñado por Jesús Sánchez para 30 de los más importantes chefs de Madrid como Pepa Muñoz o Álvaro Castellanos. Y aunque han elaborado los platos dividos por equipos, los jueces han querido valorarles de manera individual, decidiendo que María Lo fuera la primera finalista.
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Con Santiago Segura, aspirante de MasterChef Celebrity 3, como invitado, los semifinalistas se han jugado el pase a la final reproduciend un postre de Damian Allsop, el chocolatero de El Celler de Can Roca y Casa Cacao. Una vez probadas todas las elaboraciones, Patricia, que fue la repescada de este año, se ha convertido en la última eliminada de la edición antes de saber quién es el ganador. "Hoy has empezado el programa de una manera derrotista. Te crees inferior a tus compañeros y has tirado la toalla. No estoy enfadado, estoy decepcionado", ha dicho Jordi a la concursante.