Los distintos tamaños de las botellas de vino dan lugar a diferentes nombres. Pero, además, está demostrado que su contenido se conserva, evoluciona mejor y se prolonga su longevidad. Uno de los motivos por el que las bodegas suelen embotellar sus mejores vinos en tamaños más grandes.
Para conocer más sobre este asunto relacionado con la conservación del vino y el tamaño de las botellas, preguntamos a María José Huertas, sumiller del reconocido restaurante La Terraza del Casino, en Madrid -cuya cocina está comandada por Paco Roncero- y a Mario Ayllón, sumiller de Berria Wine Bar, también en la capital, un lugar imprescindible para los amantes del vino, que tiene más de 1.600 referencias nacionales e internacionales y 80 vinos por copas.
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Los distintos tamaños de botellas de vino según su capacidad.
El tamaño más universal
El tamaño más extendido para las botellas de vino es el de 75 cl y, según la sumiller María José Huertas "es porque sobre todo antiguamente era el tamaño más cómodo para su transporte, aunque yo siempre me he preguntado por un tema de contabilidad, ¿por qué no son de 1 litro y cajas de 10 botellas?". Mientras que Mario Ayllón apunta que "hay muchas teorías al respecto, desde que era el máximo que los primeros artesanos del vidrio podían soplar, hasta que es un formato adaptado a partir del galón imperial, ya que 0,75 equivale a 1/5 galón y eran los británicos los que dominaban la distribución del vino a nivel mundial".
María José Huertas, sumiller del restaurante La Terraza del Casino y Premio Nacional de Gastronomía 2003
También hay disponibles botellas de 1 litro y desde Berria nos cuentan que "por tenerlas, las tenemos. Desde algún Jerez dulce viejo hasta una botella de Radikon que tenemos bajo custodia. Aún así, pienso que el de 0,75 es un formato que suele ser más cómodo para el consumidor de a pie y para nosotros al poder contar con más referencias en nuestras bodegas".
¿Por qué el vino evoluciona mejor en botellas grandes?
Todos los expertos coinciden en que el vino está y evoluciona mejor en botella grande. Esto se debe, en palabras de Mario Ayllón, a que "hay más cantidad de líquido y menos oxígeno, por lo que la evolución es más lenta y la oxidación es menor. Por otro lado, al haber más líquido, la oscilación térmica también es menor, por lo que no hay cambios bruscos de temperatura y se conserva mejor todavía".
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No sabemos si esta premisa es igual para todos los tipos de vino ya sean tranquilos, espumosos, generosos... y el sumiller de Berria opina que "cada vino es un mundo. Hay mil factores que hacen que un vino envejezca de una forma u otra. El azúcar, la burbuja, la acidez, el alcohol, los taninos… Todo influye. Al final cada vino es diferente y cada cual envejece de una forma distinta".
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Está demostrado que un tamaño como el Magnum favorece la expresión de los matices del vino, sus virtudes aromáticas y gustativas se multiplican.
Mario Ayllón, sumiller de Berria Wine Bar. Un imprescindible para los amantes del vino.
Las botellas más grandes
Además de la de 75 cl y la Magnum (1,5 litros), hay otras botellas de mayor capacidad, como son Jeroboam (3 litros) Rhéobam (4,5 litros), Mathusalem (6 litros), Salmanazar (9 litros), Balthazar (12 litros), Nabucodonosor (15 litros), Melchior o Salomon (18 litros) y una de 30 litros que recibe el nombre de Midas. Y Mario nos cuenta que leyó que en una ocasión se abrió en China una botella de ¡1.850 litros! A partir del magnum, todas las botellas tienen en común que se denominan con nombres bíblicos, no se sabe muy bien por qué:
- Jeroboam: cuyo nombre hace referencia al fundador y primer rey de Israel.
- Rhéobam: alías del hijo y sucesor del famoso rey Salomón.
- Mathusalem: denominación del patriarca bíblico, que, según el Génesis, vivió casi mil años.
- Salmanazarm: apelativo del responsable de la desaparición del reino de Israel.
- Baltasar: nombre del regente de Babilonia y uno de los míticos tres reyes magos.
- Nabucodonosor: alias del rey de Babilonia.
- Salomón: por el último monarca del reino unido de Israel.
"Nosotros en el Casino las más grandes que tenemos son las Magnum por un tema práctico de servicio y de almacenaje, sobre todo", indica Maria José Huertas y añade que "para varias personas, sin duda, es mejor pedir por ejemplo un Magnum porque el vino, en teoría, va a estar mejor y también por un tema de evitar tanto cambio de copas. De hecho en una mesa de 4, en una comida o cena medianamente largas, es perfecto si no tienen intención de cambiar de vino".
Una vez que la botella de vino se abre, comienza a perder parte de sus propiedades, por lo que debemos asegurarnos de que si abrimos una botella magnum es para consumirla durante la misma velada entre todos los comensales y disfrutando de cada copa.
Imagen de Berria Wine Bar y sus vinos.
Vidrio y corcho, los mejores materiales para conservar el vino
"El vidrio si se lleva utilizando toda la vida para el vino es porque es el mejor material para conservarlo. Lo que más le afecta son los cambios de temperatura y la entrada por mal estanquidad del oxígeno, así que es evidente que el corcho y el vidrio son lo que mejor resultado dan para una buena conservación del vino", nos cuenta María José. Mario opina que "no hay otro material igual para conservar el vino. Pero de diferente manera sí. Sin entrar en debates de qué es mejor y peor, pero sí de diferente forma. Como por ejemplo las ánforas, las tinajas… como se hacía antiguamente".
Nos queda claro entonces que el magnum es, posiblemente, el mejor tamaño de botella para consumir vino y, además, suele ser algo más económico que comprar dos botellas del mismo vino.
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