Cuántas veces nos pasa lo mismo: la pereza nos puede y dejamos de hacer cosas que, en el fondo, son realmente sencillas y nos llevan poquísimo tiempo, facilitándonos un montón la vida. Planificar nuestros menús semanales es un ejemplo perfecto de ello, más si cabe en esta época del año. Tras otro año complicado, tenemos ganas de disfrutar del verano, de nuestro tiempo libre, de hacer actividades fuera de casa, y no tener que estar pendientes cada día de qué comeremos o cenaremos.
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Y es que las ventajas de planificar tu menú semanal son numerosas: si lo haces es muy probable que tu dieta sea mucho más sana y equilibrada, por tanto ‘amiga’ de la salud y también de la línea. Además, una buena planificación te ayudará a no gastar más dinero del necesario. Por otro lado, dedicar unos minutos a pensar qué alimentos incluir, te hará pensar qué productos están de temporada, de modo que tu dieta ganará en sabor. Y, quizá lo más importante de todo: planificar los menús ayuda de manera directa a combatir uno de los problemas planetarios más graves: el desperdicio de alimentos.
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Hacer una lista de la compra antes de ir al supermercado es imprescindible
Como vemos, razones nos sobran para hacer este pequeño ejercicio de previsión. Con estos ‘tips’ te resultará más sencillo:
- El proceso para planificar el menú comienza antes de salir de casa. Y es que, lo primero que deberás hacer es un pequeño ‘chequeo’ frecuente de tus existencias, tanto de la despensa, del frigorífico como del congelador. Así podrás ir apuntando los alimentos que se van agotando o se van caducando. En este sentido recuerda que la ‘fecha de caducidad’ indica la fecha a partir de la cual no se puede consumir un alimento, mientras que que la ‘fecha de consumo preferente’ puede disminuir su calidad pero ese alimento sigue siendo comestible. Anímate a seguir el sistema FIFO (‘First in, first out’), o lo que es lo mismo, ‘Lo primero que entra -en la nevera, en la despensa…- es lo primero que debe salir’.
- En base a esas existencias, planifica un menú semanal. Recuerda que en él deben tener predominancia alimentos como frutas, verduras y hortalizas. También las legumbres, magnífica fuente de proteína vegetal. Si hablamos de origen animal, los huevos son un alimento muy completo a nivel nutritivo. Los pescados azules son una magnífica fuente de ácidos grasos insaturados (ahora, por ejemplo, están de temporada delicias como el atún, las sardinas, la caballa, el bonito). Las carnes, mejor si son magras (pollo, conejo…). Las rojas, por su parte, deberán tener una presencia más esporádica en la dieta. También deberá ser ocasional el consumo de dulces, bollería, etc.
- Recuerda que para configurar de forma concreta tus menús puedes echar un ojo al ‘MENÚ SEMANAL’ que cada semana os ofrecemos en ¡Hola! Cocina, disponible en nuestra home.
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Cada semana insípirate con nuestras propuestas de menú semanal.
HACER LA LISTA DE LA COMPRA, MUCHO MÁS IMPORTANTE DE LO QUE CREES
- A pesar de tener más o menos claro en la cabeza cómo serán tus menús, no dejes nunca de hacerte una lista de la compra. No solo te ayudará a no olvidar todo lo que tienes que comprar sino que, además, si te ciñes a ella y no dejas espacio a la improvisación, te será muy útil para no comprar alimentos ‘que no debes’ (esos que hacen que se disparen los kilos y la cuenta de la compra…).
- A la hora de elaborar esa lista, además de, como decíamos, tener presente las existencias de tu despensa, piensa en los alimentos que pueden estar de temporada -siempre más sabrosos y económicos-. Eso sí; recuerda que los alimentos frescos, son también los más delicados y perecederos, por lo que deberás comprar solo las cantidades imprescindibles, en función del numero de comidas previstas y comensales. Recuerda: tirar comida es tirar dinero.
- Puedes organizar la lista como te sea más cómodo: por grupos de alimentos (verduras, frutas, platos elaborados, congelados... ), por la vida útil de los productos; por su lugar de almacenamiento en casa (despensa, frigo, congelador…)… Esto te facilitará seguir un orden a la hora de realizar al compra.
- Una vez en el mercado, aunque te ciñas a una lista cerrada, siempre conviene echar un vistazo a las etiquetas y, del mismo modo, que es recomendable apostar por alimentos de temporada, también lo es hacerlo por los productos de proximidad. Así tu compra será más sostenible y tendrá menos impacto (negativo) a nivel medioambiental.
- En el mercado recuerda no romper la cadena de frío de los alimentos: adquirir los alimentos fríos y congelados en el último momento, y procura ir colocando de forma adecuada en el carrito los productos. Evita, por ejemplo, colocar la carne y el pescado crudo sobre otros productos. Asimismo, mantén los productos tóxicos o de limpieza separados de los alimentos.
No vayas con hambre al supermercado ni compres a lo loco.
- Aprovéchate de las nuevas tecnologías a la hora de planificar tus menús, hacer la compra o controlar tus existencias. Sabemos que existen apps para prácticamente todo los que se nos ocurra, y esto no es una excepción. Echa, por ejemplo, un ojo a aplicaciones como 'Bring'; 'AnyList: Grocery Shopping List'; ‘Buy me a pie’; ‘Best Before’… Hay infinidad de ellas.
- Una vez en casa recuerda que una buena conservación y almacenamiento de los alimentos, ya sea en la despensa, el frigo o el congelador, te ayudarán muchísimo a la hora de no desperdiciar alimentos.
- Y recuerda también que otra magnífica manera de conseguirlo es dar una segunda vida a las sobras, empleándolas para la elaboración de todo tipo de recetas, desde las más obvias, como unas ricas croquetas o canelones, hasta las más imaginativas. Por ejemplo, ahora en verano que consumimos más cantidad y variedad de fruta, una magnífica manera de no tirar ésas piezas que están empezando a ponerse malas es darles forma de batidos o de refrescantes macedonias. Lo importante, es que ningún alimento termine en la basura sin necesidad.