Cuentan que nació en China y que la palabra kétchup deriva de ‘ke-tsiap’, una salsa elaborada con pescado en escabeche. Los ingleses la trajeron a Occidente en el siglo XVII, la usaban con fines medicinales, y fueron los norteamericanos quienes introducirían su ingrediente más representativo, el tomate. En 1876, la marca Heinz comenzó a embotellar y popularizar su famoso kétchup, una salsa agridulce a partir de tomate, especias, sal, azúcar y vinagre, que se convertiría en todo un emblema de la cultura estadounidense, de hecho está presente en más del 90% de los hogares norteamericanos.
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La pasión por esta salsa -también conocida como catchup y catsup- traspasó fronteras y se contagió a muchos otros países. Hoy en día existen numerosas marcas que envasan este producto, del que no conviene abusar por su contenido en azúcar, aditivos y conservantes. Pero también podemos optar por versiones caseras, en las que puedes controlar tú los ingredientes que lleve y hacerlo mucho más saludable.
Estamos acostumbrados a tomarla con hamburguesas, perritos calientes o patatas fritas, pero es una salsa que tiene infinitas aplicaciones y que gracias a sus múltiples matices, según los condimentos que le añadas, pueden ayudarte a realzar el sabor de numerosos platos y darles un toque distinto.
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Te mostramos cómo preparar un kétchup clásico casero, pero no solamente, ya que te mostramos también una selección de otras versiones, con una base parecida, pero en las que sustituimos el tomate por otras materias primas como la remolacha, el calabacín y el mango.
Cómo hacer el kétchup mucho más saludable
Lo más importante para que nuestro ketchup casero sea más saludable es controlar la sal y el azúcar y utilizar ingredientes de calidad. Lo bueno del kétchup casero es que no tiene apenas grasa ya que no utilizamos prácticamente nada de aceite en su elaboración -solo un chorrito para sofreír el tomate- con lo que, además, es bajo en calorías.
Si lo que queremos es eliminar el azúcar industrial, refinado, ya sea blanco o moreno, solo tienes que sustituir el azúcar por dátiles medjoul, con unos 4 o 5 es suficiente. Deberás deshuesarlos y triturarlos bien junto con medio vaso de agua y añadirlo al cazo donde prepares el ketchup en lugar del azúcar. No es lo mismo pero da el pego perfectamente y es mucho más saludable.
Antes de preparar esta salsa, deberás tener listo el envase donde querrás guardarlo. Lo mejor es utiliza botes de cristal, además de conservarse mejor, los puedes reutilizar cuantas veces quieras y ayudas a desperdiciar menos en la cocina. Para ello debes esterilizar los botes colocándolos en una olla o cacerola cubiertos de agua y llevar a ebullición. Déjalos cociendo entre 3 y 5 minutos y ya los tienes listos.
Aquí tienes la receta de nuestro kétchup casero así que solo queda ponerse el delantal y ¡a la cocina!
A continuación te descubrimos otras originales recetas de kétchup:
Kétchup de mango
Os proponemos una receta en la que lo sustituimos por mango. Le vamos a dar un toque especialmente aromático con cilantro, jengibre y chile en polvo. Es una salsa mucho más fresca y perfecta para tomar con carnes.
Kétchup de remolacha
¿Por qué no probar a hacerla con otras verduras? En la siguiente receta apostamos por la remolacha, sin que falten vinagre, azúcar o algunas especias, indispensables para hacer la famosa salsa norteamericana.
Kétchup de calabacín y jengibre
En la receta que os presentamos, sustituimos el tomate por calabacín como ingrediente principal y le añadimos varios condimentos para conseguir una salsa tan original como sorprendente.