No nos cansaremos de decirlo, el desayuno es la comida más importante del día, y habitualmente no le damos la importancia y el valor que tiene en nuestro día a día y en definitiva en nuestra salud en general. Aún son muchas las personas que consideran que la mejor forma de empezar el día es con un simple café con leche y, está demostrado que eso no es así.
Una buena consecuencia de la pandemia -siendo positivos- es que nos ha permitido dedicar más tiempo a la primera comida del día como se desprende de la “Encuesta sobre hábitos de desayuno en España 2021” realizada por la Fundación Española de la Nutrición. Este estudio refleja que casi un 50% de los españoles dedicamos más de 10 minutos a desayunar, un 6% más que los que lo hacíamos el pasado año y un 10% de los encuestados afirma dedicar más tiempo al desayuno que antes de la pandemia. Algo bueno ha salido de todo esto al menos.
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¿Por qué es tan importante el desayuno?
Desayunar de forma correcta y saludable marca la diferencia en nuestro día a día, en nuestra salud, en nuestro estado de ánimo y en nuestra productividad. La primera comida del día pone en funcionamiento nuestro metabolismo y eso hace que nuestro organismo se ponga en marcha y comience a quemar grasa. Pero dependiendo de la actividad que realicemos cada día y nuestro estilo de vida es aconsejable desayunar de una manera u otra ya que la energía que necesitaremos variará si lo que hacemos es sentados en la oficina, si teletrabajamos, si vamos a hacer deporte, si vamos justos tiempo…
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A continuación vamos a darte cuatro propuestas de desayunos para cuatro estilos de vida diferentes para que elijas la que más se adapta a tu perfil o actividad diaria y así tener cubierta, de forma sana, rica y saludable, la primera comida del día:
1. Si teletrabajas o vas a tu puesto de trabajo
La energía no sólo es necesaria para realizar esfuerzos físicos, ya que largas jornadas trabajando en casa, en la oficina o estudiando requieren mucha concentración y, por consiguiente, un aporte de energía adecuado que ayude a nuestras neuronas a rendir al máximo. En estos casos resulta vital identificar cuáles son aquellos alimentos que ayudan al cerebro conseguir el máximo rendimiento para enfrentarse a las actividades del día a día sin sentirse cansado o decaído. Dividir el desayuno en dos ayuda a mantener los niveles de energía a lo largo de la jornada, sin sentirse excesivamente lleno. Al despertar sería adecuado empezar con la parte más fuerte con un café con leche y un ‘Porridge’ de avena con espirulina y frutas y a media mañana tomar un tentempié para quitar el hambre de antes llegar a la comida. Un yogur natural y ‘crumble’ de biscotes y nueces es perfecto para saciarnos. Unos frutos secos siempre a mano también nos quitarán ese hambre de media mañana.
2. Si vas a hacer deporte
Este desayuno está especialmente diseñado para cubrir necesidades calóricas y nutricionales potentes, de aquellas personas que se enfrentan a una jornada en la que realizarán grandes esfuerzos físicos, por lo que necesitan altas dosis de vitaminas y minerales. Los alimentos como la avena y los frutos secos contienen altos niveles de hidratos de carbono de asimilación lenta, y son ideales para conseguir mantener al máximo los niveles de energía durante toda la jornada. Este tipo de desayuno es el ideal para días intensos de entrenamiento deportivo o para aquellas personas cuyo trabajo diario implica altos niveles de esfuerzo físico y que, por tanto, necesitan un refuerzo de energía para afrontar la jornada al 100%. Lo ideal sería:
- Empezamos con un té, un café con leche o al gusto
- Un zumo de zanahoria y piña
- Tortitas de plátano y avena con ‘chips’ de chocolate
- Frutos secos al natural
3. Si vas siempre corriendo
Este desayuno está pensado para aquellas personas que, ya sea por su trabajo o estilo de vida, van siempre con la lengua fuera, pasan poco tiempo en casa y no pueden descansar demasiado. Viajar mucho o trabajar de cara al público de pie todo el día, dificulta encontrar tiempo necesario para cuidarse y alimentarse correctamente. En ese sentido, es fundamental crear el hábito de desayunar en casa, aprovechando al máximo unos minutos de tranquilidad antes de empezar nuestra jornada. Alimentos como el aguacate o la papaya nos aportan grandes niveles de energía, sin sentirnos excesivamente pesados para poder continuar con nuestro día a día y ritmo frenético.
- Empezamos con un té, un café con leche o al gusto
- Batido de mango, papaya y coco
- Un pieza o dos de fruta de temporada
- Tostadas con aguacate y huevo
4. Si quieres disfrutar del desayuno
Esta propuesta de desayuno es ideal para aquellos días en los que contamos con más tiempo para disfrutar de la primera comida del día, y en los que nos enfrentamos a una jornada en la que no se van a realizar grandes esfuerzos físicos. En esos momentos, necesitamos desayunos muy equilibrado y con un aporte calórico reducido. Son días en los se tiene más tiempo para cuidarse y disfrutar, por lo que podemos dividir el desayuno en dos partes, algo ligero al despertar y alimentos más contundentes para media mañana.
Nada más abrir el ojo
Al levantarse
- Té o café con leche o al gusto, cereales sin azúcar
- Huevos Benedict
- ‘Bagel’ de semillas con salmón ahumado, queso crema y pepino
- Fruta al gusto