Los concursantes de MasterChef Celebrity siguen sumando todo tipo de experiencias en la cocina. Además de aprender recetas y habilidades, están forjando una intensa relación personal con sus compañeros por lo que el talent se convierte en un cúmulo de emociones en cada una de sus entregas. Ha sido precisamente en la última en la que ha aparecido, junto con la tensión y los nervios en la prueba de eliminación, el amor con mayúsculas. Como invitada de los jueces ha llegado Ana Iglesias, ganadora de la octava edición de los cocineros amateurs, para guiar a los aspirantes en el cocinado. Lo que quizá no se esperaba es que causaría también una gran impresión a uno de los participantes, concretamente a Nicolás Coronado, sin duda uno de los rostros más atractivos de esta edición.
El bonito gesto de Josie que puso en peligro su continuidad en 'MasterChef Celebrity'
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El hijo de José Coronado se quedó encandilado en cuanto la vio. “Qué chica más guapa, ¿no? Qué ojos más bonitos, qué mirada más limpia”. Ana respondió con una sonrisa y Nicolás insistió. “¿Estás con tiempo libre estos días? Necesito unas clases particulares” dijo desde el balcón. Aunque la joven cocinera apuntó que tiene novio y que dedica su tiempo libre a él, Nicolás se sinceró. “Me ha pasado dos veces en la vida esto del flechazo” explicó, añadiendo que “podrían ser muy felices”. Su compañera Raquel Meroño se reía mientras le recordaba lo que Ana acababa de decir.
Lucía Dominguín vs Nicolás Coronado, tía y sobrino compiten en 'MasterChef Celebrity 5'
© TVERepescaron a su tía
Nicolás Coronado, hijo del actor José Coronado y Paola Dominguín, tiene 32 años y lleva el arte en los genes. Ha desarrollado sus inquietudes en el mundo de la moda, el arte y la interpretación, apareciendo en títulos como Tierra de lobos y Servir y proteger. Participó además en la película Pasaje al amanecer, junto a Lola Herrera y Elvira Mínguez. Pinta y ha expuesto en alguna ocasión sus obras en Madrid.
Su nombre suena entre sus compañeros como favorito para llevarse el título de mejor cocinero. Tal vez la vuelta de su tía, Lucía Dominguín, que fue la vencedora de la repesca le de energía para lograr el objetivo. Una bienvenida y una triste despedida se mezclaron en la última entrega. Juanjo Ballesta colgó su delantal dejando a sus compañeros y a los jueces, casi hizo llorar a Pepe Rodríguez, desolados. Su simpatía y naturalidad, además de su buena mano con los alimentos, conquistó durante estas semanas, pero los nervios le jugaron una mala pasada. Ya queda menos para la gran final, ¿quién llegará?
