Crujiente, con un delicado sabor a mantequilla… Para los paladares más golosos, pocas cosas pueden compararse al placer gastro que proporciona hincar el diente a un croissant recién horneado. Hablamos, claro, de aquellas piezas que realmente son de calidad (lo cual, por desgracia, en España es bastante excepcional). Y es que, aunque el croissant sea una de las piezas de bollería más habituales y consumidas en nuestro país, en realidad no es fácil dar con uno bueno de verdad.
Precisamente, en la búsqueda de esa máxima calidad (y con el fin de incentivar y premiar las habilidades de los reposteros artesanos), el Gremio de Pastelería de Barcelona puso en marcha hace ya más de una década el concurso del ‘Mejor croissant artesano de mantequilla de España’. Un campeonato que ayer celebró su edición número XIII en la capital catalana.
¿La misión de los participantes? Presentar 12 croissants (sin adornos ni rellenos de ningún tipo) ante un jurado profesional encargado de catar las piezas y valorarlas bajo criterios como el sabor, el acabado, el hojaldrado de las piezas, el alveolado…
Una vez hecha la cata y tras la deliberación, por fin hubo veredicto. “Y el mejor croissant de 2020 se hace en… ¡La pastelería Brunells de Barcelona!"
UNA PASTELERÍA CON HISTORIA
Para los barceloneses el nombre de Brunells está ligado tradicionalmente al mundo dulce. Hace ya más de siglo y medio que esta pastelería abrió sus puertas en la capital catalana, en la calle Princesa. En concreto, el establecimiento fue inaugurado en 1852, y permaneció abierto hasta 2018. Este mismo año 2020 Brunells reabría de la mano de tres socios: Salvador Sans de Cafés El Magnífico, Lluís Estrada de la pastelería Canal y Joan Guasch de la agencia LKC. ¿El objetivo? Recuperar las especialidades de siempre, desde las cocas o las ensaimadas a sus ricos y famosos croissants…
Pues bien; solo unos meses de reapertura de han valido a ‘la nueva’ Brunells (y a su pastelero Andreu Sayó, en la imagen superior) para hacerse con el premio al ‘Mejor croissant de mantequilla de España’. Un reconocimiento muy cotizado dentro el gremio; más allá de su valor en metálico (1.000 euros), este galardón cuenta con una gran repercusión mediática. Que se lo pregunten si no a los ganadores de otras ediciones, que han visto cómo a sus pastelerías llegaban infinidad de paladares ‘dulceros’ con ganas de probar el mejor croissant del país. Caso, por ejemplo, de Toni Vera de la pastelería Canal de Barcelona, vencedor el año a pasado.
También saben lo que es vencer en este concurso en ediciones pasadas pasteleros como Albert Roca (ganador en 2018 y en 2009); Oriol Balager (con pastelerías en Madrid y Barcelona, vencedor en 2014); o Gil Prat i Parcet (pastelería Prat ‘Can Carriel’, ganador en 2017).
Te puede interesar: En busca del croissant perfecto