Movistar+ acaba de arrancar la nueva temporada de El cielo puede esperar, un programa de humor mordaz que se emite en 0# en el que se imaginan y representan los funerales de diferentes rostros conocidos. Leiva, Blanca Suárez, Cristina Pedroche, Antonio Resines o Javier Sardá han sido algunos de los protagonistas de estos sepelios imaginarios con personajes de actualidad. Anoche llegaba a la pantalla una nueva entrega. ¿El 'fallecido'? Pepe Rodríguez. El cocinero de El Bohío interpretaba una muerte desternillante, causada por un infarto a consecuencia de un ataque de risa, al escuchar que un influencer quería pagar la cuenta con sus posts en redes sociales. Su mujer, su hermana, sus compañeros en el jurado de MasterChef y algunos de sus más avanzados alumnos no faltaron a la despedida.
"El aspirante que deja las cocinas de la vida es Pepe. Era de los que detectaban que estabas mal y pinchaba ahí. Quería parecerse a Mick Jagger, pero no. Tenía ese baile que encajaba en un Satisfaction y en un Aserejé. Era tímido pero no tenía vergüenza", han sido algunas de las palabras que le dedicaba Jordi Cruz, que aseguraba que "el mundo ha perdido un cocinero importante, un cocinero que hablaba mal de mi restaurante porque decía que te quedas con hambre" y termibaba: "Allí donde esté echen buen vino y una caña bien tirada". Samantha Vallejo-Nágera confesaba no saber cómo se sentía: "Tengo un trampantojo de pena. Pepe era un encanto pero no sabéis lo que es aguantarle todo el día. En estos últimos 8 años he visto más a Pepe y a Jordi que a mi familia. Era agotador". Y es que casi celebraba 'su marcha' porque de este modo no tendrían que compartir camerino, aunque ha asegurado estar preocupada porque "no sé quién va a pagar los restaurantes. Hay que reconocer que era un tipo generoso y divertido".
También pasaron por el 'sepelio' el cocinero Dani García, que describía a Pepe como "el majo de Masterchef", así como dos de los ganadores de la edición celebrity, Miguel Ángel Muñoz y Ona Carbonell. El actor le describió como "amable, sincero, cercano, y muy buena persona", mientras que la nadadora le reprochaba haber tenido que dejar el deporte un tiempo por su culpa, ya que "no podía cocinar, hacer la digestión y competir a la vez". Tampoco se quiso perder el ficticio funeral Edu Soto, que recordaba cuando le dijo en el programa que el plato que había cocinado "era excelente para un menú de hospital".
Como tampoco Macarena Rey, CEO del formato. "Estoy sorprendida con la 'muerte' de Pepe porque después de todas las aberraciones que le han hecho probar, que se muera de risa..." comenzaba diciendo en su intervención. Sin embargo, pese a asegurar que sería "insustituible", al bajar de la tarima le guiñaba un ojo a Miguel Ángel Muñoz y le decía que después del 'funeral' tenían que hablar. Finalmente, una olla de callos que se había dejado el falso fallecido en los fogones era motivo suficiente para su vuelta a la vida, de modo que aún queda mucho Pepe Rodríguez como jurado de MasterChef.