Prueba las recetas más coloridas y sabrosas con tomate cherry

Llegó hace tiempo para quedarse. Desde hace años nos lleva conquistando este fruto pequeño, de color rojo, menos ácido y más dulce que el tomate tradicional. El tomate cherry es ideal para tomarlo crudo, pero también podemos cocinar con él los platos más suculentos

Actualizado 4 de febrero de 2020 - 15:55 CET4 feb 2020 - 15:55 CET

Hoy, la paleta de colores se ha ampliado y hay en el mercado tomates cherry naranjas, amarillos, verdes, morados, negros... Los encuentras más dulces, afrutados o ácidos, redondos o alargados, eso sí, de piel bastante fina y firme y de tamaño mini todos ellos. Estamos ante un tipo de tomate que está presente en nuestros mercados durante todo el año.

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Su nacimiento se sitúa en la época azteca de México, concretamente en el siglo XV, y se cree que los primeros tomates cultivados en Europa después de la colonización de América fueran posiblemente tomates cherry de color amarillo.

Su denominación proviene del inglés cherry tomato (por su parecido con la cereza) y fue en Estados Unidos donde comenzó a popularizarse. Es un fruto cargado de vitaminas, minerales y fibra, que además lo puedes cultivar de manera muy sencilla en una maceta, en un sitio donde haya sol, con temperaturas a partir de 20ºC.

Seguro que es un ingrediente habitual en tus ensaladas, tomado en crudo, pero al tomate cherry se le pueden aplicar las mismas técnicas de cocina que al tomate en general. Te valen para hacer salsas, asarlos, introducirlos en cualquier guiso, confitarlos o hacer mermelada con ellos, saltearlos... ¡su cantidad de matices es increíble y son ideales para elaborar una enorme variedad de platos!