Las cocinas de MasterChef están a punto de poner fin a la cuarta edición de celebrities. La presión cada día es más alta en los fogones y los cinco semifinalistas no han tenido nada fácil las pruebas de un programa que ha sido definitivo. Para el primer reto, Boris Izaguirre, Félix Gómez, Tamara Falcó, Yolanda Ramos, Vicky Martín Berrocal tuvieron que cocinar por relevos, de dos en dos y compartiendo responsabilidades con sus compañeros de cocina, que no fueron otros que sus familiares. El marido de Yolanda, el hermano de Boris, el de Félix, la hermana de Vicky y el primo de Tamara entraron en cocinas para hacer elaboraciones de vanguardia basándose en la cocina de aprovechamiento. Un cocinado complicado en el que, en muchos casos y a pesar de sus buenas intenciones, los familiares acabaron entorpeciendo más que ayudando. A pesar de todo, Félix y su hermano fueron los mejores de la prueba y el actor donó su premio de 4.000 euros a la Federación Española de Enfermedades Raras.
Después de despedirse de ellos, los semifinalistas se desplazaron hasta el madrileño restaurante Coque, con dos estrellas Michelin. Allí, los concursantes se dividieron en dos equipos (Yolanda, Tamara y Félix por un lado y Boris y Vicky por otro) para una prueba de alto nivel en la que no hubo capitanía. Los aspirantes tuvieron que realizar solamente 15 raciones de cada plato, que más tarde descubrieron irían dirigidas para algunos de sus familiares y amigos. A pesar de los pequeños contratiempos, los jueces felicitaron a los concursantes por el trabajo realizado ante la dificultad del trabajo realizado. Sin embargo, los fallos del trío de cocineros, que durante todo el cocinado se vieron algo perdidos y tardaron más de la cuenta en preparar sus elaboraciones, provocaron que fueran a la eliminación. Una decisión que convirtió automáticamente a Vicky Martín Berrocal y a Boris Izaguirre en los primeros finalistas de la edición.
Como colofón final, Tamara, Yolanda y Félix se enfrentaron a una última prueba que acabaría determinando el destino de uno de ellos. Para la ocasión, los nominados tuvieron que superar una vez más las complicadas artimañas de los jueces, que decidieron que improvisaran con los ingredientes y utensilios que fueron encontrando bajo distintos paños. El chef Oriol Castro (2 estrellas Michelin) también participó en este reto. Yolanda Ramos se fue bloqueando y se quedó sin ideas, algo que acabó pasando factura y la humorista y actriz, que pidió perdón a los chefs tras presentar su plato. Aunque la carne utilizada tenía un buen punto de cocción, el resto de elaboraciones fueron desastrosas. "Has estado desencajada y no has sabido ni por dónde empezar", le recriminaban los jueces.
"El aspirante que no continúa en las cocinas de MasterChef es… ¡Yolanda!", anunciaba Pepe Rodríguez. Mientras sus compañeros celebraban la victoria de haber podido convertirse en los últimos dos finalistas de la edición, la humorista saboreaba la amarga derrota y colgaba con deportividad el delantal que ponía fin a su larga trayectoria en el programa. Sin perder su sonrisa y habitual sentido del humor, Yolanda Ramos se despidió de todos agradecida y "augurando" el nombre del, que para ella, es el vencedor de esta edición: "Yo he hecho mucha televisión pero este programa te marca de por vida. Me llevo muy buenas vivencias de aquí. Me da lo mismo quien gane porque me voy a emocionar mucho con todos pero, por morbo, me gustaría que ganara Boris, por repetidor", decía antes de abandonar el plató.