En ocasiones confundimos el cardo con otras verduras como la borraja o la penca de acelga, quizás por su similar apariencia, pero hablamos de vegetales diferentes. Aprovechamos que estamos en plena temporada de cardo para hablarte de él un poco más a fondo y recomedarte su consumo.
Existe en versión silvestre y también cultivada y nos estamos refiriendo a una planta que puede superar el metro de altura y más de medio metro de anchura, cuya parte comestible son los tallos o pencas, aunque también tiene unas hermosas hojas de color verde.
Como curiosidad te contamos que el cardo pertenece a la misma familia que las alcachofas, las endibias o las lechugas, que reciben todas ellas el nombre de 'asteráceas'.
Se cree que esta planta se origina en el Mediterráneo donde empieza creciendo espontáneamente y, después, su cultivo se extiende a España, Italia y Francia. En nuestro país, la producción de cardo se da, de forma mayoritaria, en Navarra, Zaragoza, La Rioja, Cataluña y Comunidad Valenciana. Tiene mucha fama el cardo navarro, especialmente el rojo, que se cultiva en toda la Comunidad Foral, y de manera muy representativa en la localidad de Corella.
Desde un punto de vista nutricional, esta hortaliza es una auténtica aliada para la salud, por su cantidad notable de fibra, vitaminas y minerales. Favorece la digestión, ayuda a regular los niveles de colesterol, contribuye a reforzar la flora intestinal, es rica en agua y pobre en calorías.
Los tallos de los cardos están cubiertos de pequeñas espinas que hay que limpiar cuidadosamente antes de cocinarlos. Con un cuchillo, quitamos las partes más duras del tallo y las hojas. En cada penca eliminamos bien las hebras que la cubren, troceamos y podemos frotar con zumo de limón para que no se oxiden. Procura no cocerlas en exceso para que pierdan la mínima cantidad de nutrientes.
El cardo se cocina de mil y una manera distintas y podemos encontrarlo en el mercado tanto fresco, en temporada, como en conserva, durante todo el año. Quizás las recetas más tradicionales sean con jamón o panceta, con almejas o gratinados, pero no solamente. Comprueba su versatilidad en las siguientes 7 formas de prepararlo.
Paso a paso: Cardo con almejas y gambas
Una de las elaboraciones más clásicas con cardo es guisarlo con almejas. Además, a esta receta, le añadimos gambas.
Paso a paso: Cardos en escabeche
Una forma distinta de probar esta hortaliza invernal, que te servirá tanto como primer plato o como guarnición.
Paso a paso: Cardo sobre puré de patata con navajas
Una de las propuestas que más te sorprenderá con cardo es, sin duda, esta receta de lujo, que lleva puré de patata y navaja.
Paso a paso: Cardo con panceta
Otra de las elaboraciones más clásicas con este 'espinoso' vegetal es la que lleva panceta, beicon o jamón serrano.
Paso a paso: Cardos rebozados
Rebozados y fritos, los cardos quedan deliciosos. Eso sí, sírvelos recién hechos, como entrante o también como acompañamiento.
Paso a paso: Cardo con almendras
La almendra es un complemento perfecto del cardo, como muestra esta receta tradicional, en la que se guisan juntos la hortaliza y el fruto seco.
Paso a paso: Cardos gratinados
Preparamos una salsa ligerita, que es una mezcla de bechamel y de 'velouté', para acompañar los cardos y gratinarlos en el horno.