Otra nueva palabra que añadir a nuestro diccionario gastronómico: CrowdFarming. Una plataforma con algunos años de vida ya que, a fuerza de convicción, está creciendo en adeptos. Se definen como agricultura sostenible para seres humanos comprometidos y han conseguido, con su transparencia y buen hacer, conectar el campo con cualquier casa de la ciudad.
Sus fundadores, Gonzalo y Gabriel Úrculo, dos hermanos de Madrid, vieron el futuro de la agricultura bastante negro y encontraron en este modelo de negocio la solución. Cultivaban naranjas en Valencia y vieron que sin intermediarios y controlando su producción, podrían vivir del campo. Y se pusieron manos a la obra. Su misión era conseguir empoderar tanto a productores como a consumidores, creando una relación directa. El proyecto se liberaliza en diciembre de 2017 y, tras haberlo testado con gran éxito, han conseguido presencia en ocho países, con más de cincuenta proyectos que creen firmemente en su idea. Ellos son los farmers, tú eres un crowdfarmer.
¿En qué consiste CrowdFarming?
Su objetivo es convertir a los propios consumidores en agricultores, salvo porque no son ellos los que trabajan directamente el campo. De esta forma, los que se encargan por ellos, consiguen planear bien su cosecha, con apenas pérdida (pues pueden predecir su excedente), y venderlo a un precio justo, sin distribuidores de por medio y sin necesidad de almacenarlo; te lo envían a casa nada más lo recolectan. De esta forma, además, consiguen reducir la huella de carbono. La plataforma es muy sencilla y funciona de la siguiente forma:
- Tú, como consumidor, adoptas un árbol, un huerto o un animal y, transcurrido el tiempo de cosecha, recibes los alimentos frescos directamente en tu casa, habiendo sido cultivados directamente por los agricultores que tú has elegido previamente. El árbol llevará tu nombre y te reservarán todos sus frutos. Aunque también tienes la posibilidad de realizar una compra directa sin necesidad de adopción.
- Puedes conocer a los farmers con antelación, incluso muchas de las fincas y granjas que participan permiten visitan con cita previa. Si te decides, ellos quieren que estés convencido.
- Además, puedes hablar con ellos durante todo el proceso de cultivo y recolección.
- Los alimentos están disponibles según temporada.
- No hay obligación alguna de permanencia.
- Existe la posibilidad de realizar la compra directa, eliminando intermediarios, pero sin adoptar un árbol, huerto o animal.
¿Qué puedo cultivar si me convierto en Crowdfarmer?
Puedes convertirte en agricultor de los más de cincuenta proyectos que incluyen, con productos que llegan desde España, Alemania, Francia, Austria, Italia, Colombia, Filipinas y Hungría. Entre ellos, puedes hacerte con naranjas de Valencia, multitud de frutos secos, variados quesos, mieles naturales o vinagres. Y no paran de sumarse tanto agricultores como consumidores. Para Gonzalo Úrculo, CEO y cofundador, “esto no es una moda pasajera, es una tendencia que está premiando a quienes aportan mayor valor a los alimentos (los productores) y, al mismo tiempo, sacia las necesidades de transparencia absoluta de consumidores comprometidos con el medioambiente y la sociedad”.