Uno de los aprovechamientos más conocidos de la fruta ha sido siempre el de elaboración de mermeladas. Nuestras abuelas y madres tienen su propia receta seguro. Y es que, en el siglo XIX, se extendió el uso de la conservación de la fruta en mermelada, siempre unido a la esterilización por calor, pero también al uso del azúcar refinado como una forma de conseguir un producto totalmente novedoso, pero que, en realidad, comenzó a desnaturalizar las propiedades de la fruta. Esta es precisamente la razón por la que muchas personas dejaron de introducirlas en su alimentación, sobre todo, cuando se ha probado que un exceso de azúcar puede resultar perjudicial para nuestra salud.
Sin embargo, no debes resignarte y desterrar las mermeladas de tu dieta, aunque sí que debes elegir aquellas que tengan los mejores ingredientes y no altere los nutrientes de estos, sobre todo aquellos que necesitas para tener la energía necesaria de una forma siempre saludable.
Mermeladas industriales
Si has decidido comprar una mermelada, ten muy en cuenta el porcentaje de azúcares que lleva, ya que los fabricantes pueden llegar fácilmente al 50 % de la composición del producto. Además, recuerda que el orden de aparición de los ingredientes en una etiqueta indica, de mayor a menor, la cantidad de uno y otro ingrediente que contiene el producto.
Y recuerda también que el azúcar tiene muchos nombres, por lo que no nos debe confundir ver entre esos mismos ingredientes, por ejemplo, jugos de fruta (como el jugo de manzana) porque, al fin y al cabo, no deja de ser azúcar. En otras ocasiones aparecerán como azúcares, lo cual quiere decir que estará compuesto por varias clases de azúcar, pero lo importante es el porcentaje total, tenga el origen que tenga. Otros productos lo que llevan son edulcorantes, que tampoco son la opción ideal, colorantes, potenciadores del sabor, conservantes o aromas para que sean más palatables, pero que solo son una necesidad industrial y no nutricional.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿te animarías con una mermelada casera? Es la mejor opción, pues podrás controlar perfectamente los ingredientes y, en función del método de elaboración que emplees, también sabrás que fecha de consumo puede tener tu mermelada, prescindiendo de conservantes artificiales.
Mermeladas caseras
Puedes realizar mermeladas con frutas de tu elección, siempre que esté madura y priorizando las de temporada y proximidad. Una vez elaborada, tendrás pocos días para consumirla, pero estará, sin duda, deliciosa. La que te proponemos es muy rápida, sencilla y se hace al microondas. Como ingredientes, toda la fruta que quieras. Tan solo tendrás que seguir los siguientes pasos:
- Trocea la fruta de tu elección y pélala siempre en el caso de que no sea ecológica y, si lo es y prefieres no pelarla, lávala bien.
- Ponla en un recipiente apto para microondas. Añade un poco de agua, alguna especie que te guste y una cucharadita de zumo de limón (opcional).
- Cocina en el microondas unos minutos hasta que esté bien blandita y puedas aplastarla con un tenedor o batirla si prefieres una textura más fina y ligera.
Si quieres hacer varias mermeladas con fruta de temporada para consumirla en un largo plazo de tiempo, debes envasarla en botes herméticos esterilizados al baño María o desinfectados en el lavavajillas. Para ello, con la mermelada muy caliente, tapas los botes y les das la vuelta para que se haga el vacío. Otra opción es ponerlos a hervir llenos y tapados durante una media hora en una olla con agua que los cubra por completo, poniendo un trapo en el fondo del recipiente para evitar que se muevan los frascos y se rompan.