Cinco alimentos que creías sanos y no lo son tanto

Las apariencias engañan y hay alimentos a priori saludables que, una vez procesados, ven alterados sus nutrientes y resultan mucho menos sanos de lo que deberían ser

Por Blanca García-Orea, dietista y nutricionista

Llevar una vida sana no es tarea fácil. Habitualmente consumimos alimentos que creemos que son saludables, bien por su confuso etiquetado o bien por desconocimiento de sus ingredientes y añadidos, pero realmente no lo son.  Cuando acudimos a un supermercado a hacer la compra debemos evitar esos estantes que no encajan en nuestra definición de saludable, como la bollería industrial o la zona de snacks entre otros, y prestar mucha atención a los etiquetados y reclamos de las marcas ya que ahí es donde aparece el problema: en muchos de los envases de esos productos aparentemente saludables se indica que son excelentes para nuestra dieta, pero todos tienen algo en común y que los hace cero recomendables: son productos procesados o ultraprocesados.

Aquí te muestro cinco alimentos que no son tan buenos como los pintan y que de consumirlos en tu día a día te recomiendo que lo hagas con moderación (si es que no consigues eliminarlos de tu dieta)-

Las apariencias engañan:

 

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1. Fiambre de pavo

La carne de pavo es baja en grasa y rica en proteínas por lo tanto podríamos considerarla como saludable, pero si la compramos procesada, es decir en forma de fiambre de pavo, pechuga de pavo o similares, sus valores nutricionales se ven alterados. Por este motivo debemos prestar mucha atención a la composición de este procesado porque no es igual de saludable un fiambre que contenga el 40% de carne de pavo que el que tenga más de un 90%. Además, no debemos olvidarnos del contenido en azúcares, sal, féculas, leche en polvo, jarabes o proteínas de soja, que actúan como conservantes y para dar textura al producto y esto no es recomendable para una dieta sana.

Si consumes este tipo de alimentos, debes elegir el que tenga más alto porcentaje de carne y menos ingredientes añadidos. Lee bien el etiquetado o si lo compras ‘al corte’ pregunta a tu charcutero de confianza y que compruebe el etiquetado del producto.

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2. Zumo de frutas

Su consumo es sano siempre que sea esporádico y no como sustituto de la fruta fresca.

Repite conmigo: “el zumo no sustituye una pieza de fruta”.

Aunque la fruta es un alimento saludable, cuando la consumes en zumo has utilizado, normalmente, más piezas de las que te comerías enteras y así has consumido más cantidad de azúcares, además de privarte de la fibra beneficiosa para tu intestino que aportan las piezas de fruta. Resumiendo, el zumo tiene menos nutrientes y menos fibra que la fruta y, además, su poder saciante es muy inferior a si comieras la misma cantidad de fruta.

No hace falta recordar que, si tomas o das a tus hijos zumo, debes elegir SIEMPRE un zumo natural a uno procesado.

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3. Yogur desnatado edulcorado

El yogur es un alimento saludable, pero un yogur desnatado y edulcorado ya no lo es. A este tipo de yogur se le ha quitado la grasa de la leche y se ha endulzado con edulcorantes. Por una parte, al quitar la grasa se puede compensar la pérdida de textura y palatividad con otros ingredientes que no deberían de estar en un yogur; además, la grasa tiene un efecto saciante que puede resultar positivo porque necesitaremos menos cantidad. Y por otra parte, los edulcorantes no resultan favorecedores para nuestro intestino y no nos aportan ese efecto saciante que nos hace comer un poquito menos.

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4. Pan de cereales

Recuerda que por muchos cereales que contenga, sigue siendo pan, muy rico en carbohidratos y si no lo específica, no es integral, con lo que las harinas refinadas lo convierten en una opción menos saludable que los panes integrales, aunque esté hecho con varios cereales.

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5. Tortitas de arroz

Este ‘snack’, que suele consumirse como un tentempié a media mañana o por la tarde, viene siempre con la etiqueta de bajo en calorías por lo que, a priori, podemos pensar que es una opción saludable para picar entre horas, pero no te hagas ilusiones, además de que no te van a saciar como tus esperas, puede que consumas más de una ración. A esto súmale que pueden contener exceso de sal, aceites saturados e ingredientes refinados, por lo que no debes de olvidarte de leer toda la información nutricional en su etiquetado.