El consumo de bebidas vegetales en la sociedad ha ido en aumento en los últimos años. Los supermercados lo saben y ya presentan una amplia oferta que nos abre un abanico tan amplio de posibilidades que nos lleva, como siempre, a dudar: ¿es realmente buena la bebida que estamos eligiendo? ¿Es preferible quedarme con una leche de origen animal? Sigue leyendo, te vamos a resolver todas esas preguntas.
¿Por qué elegimos una bebida vegetal?
En la mayoría de las ocasiones, el consumo de estas bebidas vegetales se debe a intolerancias o criterios personales, aunque también existe cierto aspecto social. La leche ha estado desde siempre en nuestras despensas, siendo parte fundamental de nuestros desayunos e, incluso, acompañándonos en momentos de relax, como ese café o té a media tarde. De ahí que, la tradicional leche de vaca pasa a ser sustituida por bebidas vegetales que, por tanto, adquieren ese papel social.
¿Cómo sabemos si estamos eligiendo bien?
Para saber si una bebida vegetal es buena o no, lo primero que debes preguntarte es qué tipo de nutrientes quieres conseguir con su consumo y si, realmente, son beneficiosas para tu salud. Por eso, debes fijarte muy bien (como en casi todos los alimentos) en su tabla nutricional y en el listado de ingredientes. De esta forma, sabrás qué llevan realmente y qué nos aporta, pues en este tipo de bebidas, puede haber una gran diferencia entre ellas. Recuerda que los ingredientes aparecen siempre por orden decreciente, según el porcentaje o cantidad que hay de ese ingrediente en concreto en el producto.
Aspectos a tener en cuenta para elegir una bebida vegetal
Composición, la cual es distinta en las diferentes bebidas vegetales. Teniendo en cuenta sus ingredientes, elige preferentemente aquellas que tengan como mínimo un 6% de materia prima. Y, por supuesto, cuanto mayor sea el porcentaje, mucho mejor. Ten en cuenta, además, lo que supone ese porcentaje a nivel nutricional y cuáles son tus necesarias diarias. De entre ellas, destacan:
- Bebidas vegetales hechas a base de cereales o pseudocereales: quinoa, avena, espelta, arroz, etc. En su valor nutricional resaltarán los hidratos de carbono.
- Bebidas vegetales hechas a base de legumbres: como, por ejemplo, la soja que, por lo general, es la más habitual. Tiene una mayor cantidad de proteínas.
- Bebidas vegetales hechas de frutas o frutos secos: como la de coco, almendras, nueces o avellanas. Nos aportarán una mayor cantidad de grasa buena.
Cantidad de azúcar: nunca debe sobrepasar los 5 gramos de azúcares añadidos. Cuanto menor sea esta cantidad, mucho mejor. La elección más saludable es siempre que no lleven o, en su defecto, las que menos contengan. Tampoco son buena opción las bebidas con edulcorantes (sobre todo, aquellos polialcoholes que vienen identificados como sorbitol, maltitol o xilitol; pueden dañar tu flora intestinal).
Ingredientes extra: según tus necesidades nutricionales, debes valorar esos ingredientes con los que este tipo de bebidas vegetales vienen enriquecidas, como el calcio o la vitamina D, dos de los más frecuentes.
Evita las bebidas vegetales con sabores, como el chocolate, la vainilla o el café. Suelen tener una mayor cantidad de azúcar, además de aromas y colorantes.
Por tanto, teniendo en cuenta todos estos aspectos, la mejor propuesta (si no es imprescindible que sean enriquecidas con vitaminas o minerales) será siempre la compra de bebidas vegetales sin ingredientes añadidos o, para asegurarte, la elaboración de estas en casa, la mejor forma de conseguir un alimento saludable y sostenible.