Hace apenas unas semanas no sentábamos en redacción a hablar de vinos. De vinos y de mujeres. Una de las enólogas con más experiencia de nuestro país, María Vargas, nos regalaba la siguiente afirmación: “El vino entiende de gustos y sensibilidades, pero no de sexos”. Ella se refería más al tema de que, hasta hace bien poco, el gremio del vino estaba encabezado en su gran mayoría por hombres (como casi todos en el mundo de la gastronomía). Pero esto ha cambiado y mucho. En este artículo os contábamos, precisamente, cómo son cada vez más las sumilleres, enólogas e incluso periodistas o empresarias que se encuentran vinculadas al sector vitivinícola. Sin embargo, esta afirmación nos viene perfecta para el tema que hoy nos ocupa: el consumo preferente de las mujeres por unos vinos que, al margen de lo que siempre se ha pensado, sorprende.
En una entrevista que realizamos el pasado mes de mayo a Camino Pardo, reconocida bodeguera de nuestro país, ya advertíamos de la importancia de desmitificar algunos de los clichés más habituales relacionados con la enología. Y, uno de ellos, era este: las mujeres prefieren los vinos blancos y los dulces. El último estudio de la Asociación de Mujeres Amantes de la Cultura del Vino (AMAVI), una plataforma que lleva más de 20 años destacando el importante papel que desempeña la mujer en el mundo del vino en la actualidad, nos lo confirma.
Entonces, ¿qué vinos prefieren las mujeres?
El que ellas se decanten por una copa de vino blanco o de cualquier vino dulce es todo un estereotipo que tenemos que empezar a olvidar. Y es que, este verano, AMAVI organizaba su IX Edición de la Cata-Concurso Los Vinos Favoritos de la Mujer, una prestigiosa cata reconocida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el que participaron alrededor de 200 mujeres de distintas partes de España para ayudarnos a confirmar lo que, en su día, Pardo nos confirmaba: “las mujeres prefieren el vino tinto y, para muchas, incluso, esta es su bebida favorita”.
Los resultados obtenidos, en una cita en la que una treintena de profesionales de contrastada experiencia y prestigio, además de grandes consumidoras, se reúnen en torno a una copa, han sorprendido a muchos y desmitifican esa primera creencia sobre las preferencias femeninas: ni jóvenes ni blancos.
El 60% de las encuestadas afirmó que prefiere un vino de crianza o reserva, frente a las que se inclinan, precisamente, por los más jóvenes y frescos. Además, casi la mitad de ellas, un 48%, se decantan por los vinos tintos, frente al 28% que elegiría siempre un blanco o el otro 26% que se repartiría entre espumosos, generosos, rosados y dulces. Unos resultados, por tanto, que desmienten esa creencia ya obsoleta, como la de que son ellos quienes siempre eligen el vino, pues un 78% afirmó que eran ellas quienes se encargaban de la compra. Ya lo afirmaba Pardo, cuando nos comentaba que “las mujeres consumidoras de vino se caracterizan por ser curiosas, por querer probar cosas nuevas y ser capaces de distinguir diferentes momentos de degustación”.