Guía para conservar el pan como recién hecho

Crujiente y esponjoso. Dos adjetivos con los que caracterizamos a este alimento que, para muchos, es básico, pero que apenas le suelen durar más de 24 horas. Te damos consejos de experto para que puedas disfrutarlo como el primer día

Por Marta Romero

El pan envejece. Sí. Y, al igual que nos pasa a nosotros, lo que ocurre es que va perdiendo humedad. No le salen arrugas, pero pierde su textura y se seca. Mientras que a nosotros este proceso nos dura años y tarda en llegar, el pan no es tan afortunado; en apenas un día o, incluso, unas horas, nos encontramos con una roca imposible de comer. Pero tenemos opciones para retrasar lo inevitable. Consejos que, si los tienes en cuenta, te ayudarán a conseguir que tus hogazas se mantengan perfectas condiciones durante varios días.

  1. Lo primero, como siempre, es asegurarte de la calidad del pan. No es lo mismo una barra elaborada con masa madre de forma artesanal, que otra industrial en la que hay exceso de impulsores químicos. La primera, sin duda, tendrá una deshidratación mucho más lenta. El motivo es, nada más y nada menos, que las levaduras artificiales: hacen que nuestro pan gane en volumen, pero que se seque mucho antes. Por tanto, invierte en un pan de calidad, aunque sea menos económico, porque te durará más días y, al final, ahorrarás y no tendrás que tirar el sobrante por la noche.
  2. Ten en cuenta el tamaño de la hogaza. Cuanto más grande sea, mayor grosor tendrá su corteza y, por tanto, conservará mejor la humedad de la miga. Por eso, si tu intención es tener pan para varios días, hazte con una pieza grande.
  3. Si te dan el pan caliente en la panadería, además de no poder evitar picarlo, deja que se enfríe a temperatura ambiente. Ni se te ocurra taparlo o meterlo en una bolsa de forma inmediata.
  4. Y si el pan que has comprado es de los que previamente llegan congelados, ni se te ocurra volver a congelarlo de nuevo.
  5. Consérvalo a temperatura ambiente en un lugar seco. Puedes dejarlo en la encimera de la cocina y taparlo con un trapo limpio o colocarlo en una caja de madera o una bolsa de papel, dejando que el pan respire. Nunca lo guardes en el frigorífico, pues favorecerás la aparición de moho (con la excepción del pan de molde, que sí que conserva sus propiedades) y nunca utilices una bolsa que hayas lavado con detergentes perfumados o suavizantes. Te aguantará un par de días.
  6. Uno de los consejos que dan los expertos en panadería es incluir en esa bolsa una rama de apio o trozo de patata,  que ayudará a conservar la textura del pan.
  7. No lo cortes en rebanadas si no vas a utilizarlo, se secará rápidamente. Salvo que vayas a congelarlo y utilizarlo después poco a poco.

Paso a paso: pan casero

 

Y, la gran pregunta, ¿se puede congelar el pan?

Sí, se puede congelar. Siempre que no se haya sometido la pieza a un proceso de congelación previo, sino que, como nos confirma Moncho López, experto panadero de Levadura Madre Organic Bakery, “sea un pan artesano que ha sido cocido en el horno y haya fermentado el tiempo que le corresponde”. Aunque el pan en este caso haya sufrido un pequeño deterioro y haya comenzado a secarse, si lo preparamos bien para el proceso de congelación, no habrá ningún problema.

¿Cómo congelar el pan correctamente?

  • La mejor manera de meter el pan en el congelador es hacerlo dentro de una bolsa de plástico específica, perfectamente sellada.
  • Además, conviene cortarlo en pequeñas porciones y, para evitar de que estas se peguen, puedes utilizar papel de horno entre cada una de ellas.

Descongelarlo también tiene truco

Lo mejor es dejar que se descongele a temperatura ambiente, sin utilizar el microondas. En todo caso, la tostadora, el horno o la sartén; pero el microondas, nunca. De esta forma, conseguiremos que recupere un poco esa textura crujiente de la corteza, la miga se ablande y consigamos (casi) llegar a ese momento en el que salíamos con la barra recién hecha de la panadería. Y un último consejo, antes de meterlo al horno (apenas unos minutos y a una temperatura entre 60-70 °C), humedece con agua un poco su corteza.