Cómo dar un toque diferente a la clásica ensaladilla rusa

Innovamos esta popular receta con algunas ideas creativas e ingredientes que no esperas. Deja volar tu imaginación y prepara estas u otras versiones de cosecha propia

Por Gtresonline

Es uno de los platos más tradicionales de las barras españolas, tan venerado que incluso hay seguidores que peregrinan en busca de la mejor y elaboran rankings con las versiones más top. La ensaladilla rusa es una receta aparentemente sencilla pero, a la vez, complicada. Conseguir un equilibrio de sabores, que no resulte insípida, que la textura de los ingredientes esté en su punto o que la cantidad de salsa sea la apropiada, no siempre es tarea fácil. 

Con motivo del pasado Mundial de Fútbol, hicimos una ruta por algunas de las versiones que ofrecían algunos restaurantes reconocidos de la capital –donde no faltó la célebre ensaladilla rusa de La Tasquita de Enfrente- cuyos cocineros nos regalaron sus recetas. Ahora seguimos innovando y recogemos algunos trucos, consejos o ingredientes para probar nuevas y atrevidas posibilidades de este plato que, precisamente de ruso, no tiene más que el nombre.

Con encurtidos, al estilo murciano

La ensaladilla en Murcia es toda una institución. Se suele tomar sobre una rosquilla de pan a modo de tapa (bicicleta), rematada por una anchoa (marinera, la más típica) o un boquerón en vinagre (marinero). Precisamente el vinagre tiene mucho que decir sobre esta receta local, que se prepara con encurtidos. Patata, huevo, atún, mahonesa y variantes, que pueden ser desde pepinillos a zanahoria pasando por coliflor, todo bien picadito. El resultado es más 'potente' que la receta habitual y no apto para los que huyen de forma generalizada de los finales avinagrados. Facilísima y deliciosa.

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De mar, con langostinos y salmón ahumado

La receta clásica lleva atún o bonito. Hay quien utiliza partes nobles como la ventresca o quien mezcla conservas en atún y en escabeche. Lo importante, que sea de calidad. Ahora bien, puestos a mirar al mar…  ¿Por qué no probar con otros productos? Sustituye el atún o bonito por salmón ahumado y añade langostinos pelados, por ejemplo. También puedes utilizar ingredientes en conserva, como unos berberechos.

A todo color: de remolacha y granada

Damos un paso más allá y nos saltamos todas las reglas. Te proponemos incorporar remolacha que, además de ser muy saludable, le va a dar al resultado un divertido toque de color. En cocina es importante el sabor, pero también el resto de sensaciones que entran por los sentidos. También las texturas, que en este plato permiten un divertido juego. Igual que hay versiones que se rematan con huevas de mar, que ‘explotan’ en la boca aportando una experiencia diferente, en este ejemplo nos decantamos por semillas de granada. Un ingrediente que le aportará un ‘crunch’ extra.

Innova con la salsa

Si, por el contrario, no quieres tocar ninguno de los ingredientes de la receta original, entonces tu centro de atención es la salsa. Solo con un toque diferente a la clásica mahonesa verás cómo cambia el resultado. Puedes versionarla añadiendo un poco de ajo (sin llegar a un alioli), mostaza antigua en grano, pimiento rojo asado, manzana, tomates secos, cereza, aguacate, de pera y avellana… El único límite lo pones tú.