El gin tonic tiene su ciencia. Si, el gin tonic perfecto nunca será una copa llena de botánicos, hojas, palos, frutas, bayas, semillas, ni demás 'vainas' (a veces puede parecer una frutería o un huerto). Hablamos de un cóctel sobrio y seco, como lo es la ginebra, uno de los principales ingredientes para preparar un buen gin tonic.
Y cuando un trago está hecho con una ginebra y una tónica de calidad, bien preparados, no necesita de muchos adornos. También son importantes las medidas, el hielo y, por supuesto la copa o vaso en los que vas a servir este popular cóctel que no pasa jamás de moda. Hay numerosas alternativas para elegir tanto el famoso destilado como el refresco con burbujas y quinina. Es una opción que se toma como copa, después de comer o cenar, a media tarde e, incluso, en el aperitivo. Y, siempre, siempre, prepáralo con cariño, otro de sus ingredientes más importantes, como todo en la vida. ¡Disfruta de tu gin tonic perfecto!
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Un mal vaso o copa, mal gin tonic
La ginebra es un destilado aromático y buena parte de su éxito reside en que pueda expandirse junto a la tónica para ofrecer sus mejores matices gustativos y aromáticos. Hace dos décadas en España se usaba el vaso de tubo para los combinados. En un vaso estrecho la ginebra no es capaz de abrirse y mostrar todas sus posibilidades. ¿La mejor opción?: la copa de balón o, en su defecto, un vaso ancho, de los de sidra.
La temperatura es muy importante
Aunque es recomendable que la ginebra esté fría, esto no es lo más esencial. Pero sí es importante enfriar la copa el vaso desde el primer momento. La clave está en que el gin tonic se mantenga el máximo tiempo a la menor temperatura posible. Se deben dejar los cubitos en la copa al menos unos minutos y escurrir el agua sobrante antes de servir la ginebra y la tónica.
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Usa hielo compacto y de buena calidad
En ocasiones hay bebedores de gin tonic que despliegan una gran parafernalia respecto a la calidad ‘ultrapremium’ de la ginebra y la tónica, sublimes cáscaras de cítricos, botánicos selectos y copas de cristal fino. Pero para alcanzar la excelencia resulta fundamental contar con un hielo de calidad. Es preferible el cubito compacto y macizo, ya que mantendrá el frío durante más tiempo sin deshacerse. Además, el hielo ha de estar hecho con agua de calidad, no del grifo ya que el cloro puede ‘matar’ el sabor del combinado. A veces los hielos que podamos conseguir en casa, en nuestro congelador, no estarán a la altura de nuestro gin tonic.
Es importante elegir buenos ingredientes
En función del tipo de gin tonic que queramos preparar deberemos elegir una ginebra y otra, pues las hay secas, florales, frutales o herbáceas, entre algunas otras. Y hay diferencias importantes que varían mucho el sabor final. Y, de la misma forma, la tónica, como su compañero básico, es otro de los ingredientes de peso en la mezcla, definiendo con anterioridad si quieres un cóctel más dulce, más seco o más aromático, con un nivel de carbónico más o menos alto.
Cada ginebra está formada por botánicos diferentes que le confieren sabores y aromas característicos. Por ejemplo, hay ginebras con un marcado sabor a enebro, mientras que hay otras que gozan de un toque mediterráneo con aroma a lavanda, romero y/o tomillo. Otras tienen más marcados los cítricos. Aquí entra el gusto de cada uno pero a nosotros nos gustan más las ginebras cítricas y más secas.
Estas son las medidas del gin tonic perfecto
La ginebra especialmente, en su justa medida. El gin tonic ‘perfecto’ debe contar con un equilibrio entre la cantidad de ginebra y la de tónica. Así, se recomienda una parte de ginebra por dos partes y media de tónica (5 cl de ginebra por cada 20 cl de tónica). Después, hay que mezclar ligeramente con una cucharilla de cóctel -lo de deslizar la tónica sobre la cuchara es poco higiénico y no sirve nada más que para perder parte del carbónico-. De nada servirá 'cargar' el gin tonic de ginebra, porque no disfrutarás de la misma manera y arruinarás tu combinado por el exceso de alcohol.
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Los elementos aromáticos justos
Nosotros huimos de esas mezclas que parecen macedonias o huertos. Somos partidarios del limón, la lima, la naranja o el pomelo como elementos para aromatizar y quizás de alguna baya como el enebro o el cardamomo. Pero no somos talibanes y entendemos que el aderezo final depende del gusto de cada uno y puede ser de lo más variado: fresas, pétalos de rosa, pepino, regaliz o un toque de jengibre. Tú eliges, pero con cabeza y respetando el aroma de la ginebra que te sirve de base, pues ella será quien marque todos y cada uno de tus pasos.
Por último, dale siempre unos segundos de reposo a tu gin tonic, deja que terminen de mezclarse todos los aromas y sabores ¡Disfruta cada sorbo y no lo olvides drink in moderation!Cómo hacer el