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No parecía especialmente complicada la prueba con la que arrancaba anoche 'MasterChef Celebrity': ¿quién no ha picado alguna vez una cebolla? Eso sí, cuando te dicen que lo tienes que hacer a contrarreloj, en perfectos daditos brunoise y calcular (a ojo) con exactitud milimétrica la cantidad -en este caso, ni más ni menos que un kilo-… la cosa ya no es tan sencilla. El más rápido y hábil con el cuchillo resultó ser Edu Soto. Se las prometía feliz el cómico cuando el jurado le explicó que, como premio, tendría el placer de probar una serie de salsas… rematadamente mal cocinadas.
Su ventaja ‘envenenada’ como vencedor con el cuchillo cebollero consistía en elegir una de esas salsas terribles (en este caso optó por algo que quería parecerse a una boloñesa), para el desarrollo del segundo reto de la noche: los concursantes, divididos en grupos de tres y cocinando por relevos, debían hacer que dicha boloñesa resultara comestible y convertirla en protagonista de un plato de pasta fresca. “¡Qué malos sois!”, espetaba al jurado el chef italiano Andrea Tumbarello (restaurante Don Giovanni), cocinero invitado en esta prueba…
Y saltó la sorpresa: mientras que los dos equipos de los ‘teóricamente’ más fuertes hacía aguas -errores de coordinación, de cocinado…- el grupo formado por Saúl, Anabel y Bibiana resultó entenderse a las mil maravillas. Las ya famosas ‘retales’ (nombre con el que se autodenominan las dos simpáticas actrices, por ser siempre escogidas como última opción para el desarrollo de las pruebas) formaron buen trío con el piragüista olímpico quien, por cierto, ya se perfila como uno de los favoritos para ganar el concurso.
Y es que no solo apunta muy buenas maneras frente al fogón sino que siempre hace gala de una gran deportividad y una actitud muy generosa con sus compañeros. Así por, ejemplo, a pesar de haber sido considerado el mejor en el reto, Saúl cedió la capitanía para la prueba de exteriores a su compañera Anabel. Lo que ésta no sabía todavía era que tendría que dirigir no un equipo si no a los dos. Todo un desafío del que, a pesar de su enorme dificultad, la actriz vasca salió airosa...
En esta ocasión, los concursantes, desplazados a Almonte (Huelva) debían cocinar un menú para 100 comensales elaborado con algunos de los magníficos productos de esta tierra: fresas, jamón ibérico, gamba blanca, arándanos…
Y aunque, como decimos, la capitana de ambos equipos estuvo a la altura (no dejó de correr de unas cocinas a otras para organizar y echar una mano tanto al grupo rojo como el azul) las cosas no fluyeron igual de bien en los dos conjuntos. Mientras que el formado por Saúl, Pepón, Bibiana y Juan trabajó de manera ordenada, terminando incluso antes de tiempo sus elaboraciones, el formado por Silvia, Patricia, Edu y Corbacho, tuvo tantos problemas que ni siguiera consiguieron sacar la suficiente cantidad de comida para todos los invitados. "Os ha faltado espíritu, no sabéis creceros ante la adversidad’, les reprochaba Jordi Cruz. Consecuencia: delantal negro y directos a la prueba de eliminación. El equipo rojo al completo, excepto su capitana Anabel, cuyo buen hacer y esfuerzo como jefa ‘por partida doble’ se vió recompensado con la salvación. Una noticia que le llevó a las lágrimas de emoción, tras la tensión vivida durante el cocinado.
Tanto ella como su ‘compañera de retales’, Bibiana, volvieron a hacer gala de un gran sentido del humor, disfrazándose durante la última parte del programa. Había que celebrar que habían vuelto a librarse de la prueba final… Y si en la entrega de la semana pasada aparecían con mantilla y abanico, en esta ocasión sus trajes de romanas resultaban el complemento perfecto para ver ‘el circo' desde la barrera. "Hemos pasado de retales a totales. Roma está con vosotros", decía Bibiana en tono socarrón.
Mucho más nerviosos estaban los concursantes que se jugaban la permanencia en el programa a una sola carta. Cada uno de ellos debía cocinar un plato donde el protagonismo lo tuviera una salsa básica: bearnesa para Patricia; bechamel para Silvia; tomate para Corbacho; y americana para Edu. Estos dos últimos lograron superar la prueba de forma bastante eficaz; de hecho el plato de bacalao con tomate de Corbacho se llevó más de un piropo, mientras el actor y director de cine rompía a llorar, dedicando la receta a su madre, en uno de los momentos más tiernos de la noche.
Sin embargo, no apuntaban buenos presagios desde el minuto uno para Patricia y Silvia. La primera ni siquiera sabía pronunciar el nombre de la salsa –bearnesa- con la que le había tocado trabajar, mientras que Silvia, a pesar de tener que preparar una de las salsas más sencillas, la tradicional bechamel, quiso complicarse tanto la vida y sorprender al jurado con algo diferente…. que finalmente la 'osadía' terminó pasándole factura. La peor de todas: su expulsión del programa.
"Estoy mosqueado", le decía Jordi. "Eres lista, cocinas bien, y en la prueba de eliminación no estás a la altura. Tenías la salsa más fácil", le reprochaba (más apenado que enfadado) en relación a su plato de verduras, acompañadas por una bechamel demasiado compacta.
Una decisión que la actriz recibió entre lágrimas, pero sin perder la sonrisa: “Por querer sorprender, tomas una mala decisión… Es que soy una burra. Voy a ser Lady Bechamel. Es lo que más me joroba; marcharme por una bechamel. Me da mucha pena irme”, aseguraba mientras colgaba su delantal. “De esta experiencia me llevo unos compañeros maravillosos, ¡espero que no me echéis del grupo de Whatsapp!”, les ‘amenazaba’, mientras estos lamentaban su expulsión desde la galería.
Así terminaba la cuarta entrega de 'MasterChef Celebrity': diciendo adiós a una de sus concursantes más alegres y queridas… ¿o quizá no? La próxima semana el talent celebrará su ya tradicional repesca de concursantes expulsados. Usun Yoon, Carlos Baute, Marina San José, la propia Silvia… ¿quién volverá a cocinar en los fogones del programa? ¡Se abren las apuestas!
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