¿Puede un vino ser ecológico, pero no natural?, ¿biodinámico y natural, pero no ecológico?, ¿las tres cosas a la vez?... Con tanta terminología, el lío está servido. Para poner un poco de luz a este farragoso asunto hoy se asoman a Hola.com los expertos de Uvinum (empresa especializada en la venta online de vinos) con el fin aclarar qué caracteriza a cada uno de estos ‘apellidos’ del vino y, más interesante si sabe, cuáles son los mitos y verdades realcionados con ellos. ¡Presta atención y deja a todos boquiabiertos con tus conocimientos sobre el mundo de la vid en tu próxima comida o cena entre amigos!
Para comenzar, nos cuentan que los vinos naturales y los biodinámicos son dos tendencias diferenciadas dentro de los llamados vinos ecológicos. Estos últimos se caracterizan por estar elaborados a partir de una agricultura en la que no se utilizan productos químicos. Para que un vino ecológico sea considerado así, son varios los requisitos que el reglamento marca: los campos deben ser abonados con abonos orgánicos naturales, especialmente de origen vegetal procedente de residuos del propio cultivo, como orujos o sarmientos triturados. También se admite el estiércol de animal y el compost, pero quedan totalmente prohibidos los abonos minerales, especialmente los nitrogenados. Con el objetivo de conseguir una buena conservación de la flora microbiana del suelo, queda totalmente prohibida la quema de los restos del cultivo. Solo respetando estas prácticas se conseguirá la certificación de Vino Ecológico, que forma parte de la Denominación Genérica 'Agricultura Ecológica'.
Como decíamos, dentro de los vinos 'eco' existen dos tendencias destacadas: los biodinámicos y los naturales.
VINOS BIODINÁMICOS
Los trabajos de cosecha, bodega e, incluso, las degustaciones y catas de estos caldos son guiados a través de un calendario lunar y astrológico. El terruño está considerado como un ser vivo y los abonos naturales se elaboran, entre otras técnicas, a partir de excrementos de animales que se entierran en cuernos de vaca. Estos vinos se venden bajo el sello Demeter, que además de ser la diosa griega de la agricultura (protectora de las cosechas y la fertilidad de los campos), es un organismo privado alemán que homologa a nivel mundial los alimentos biodinámicos.
VINOS NATURALES
Su cultivo genera el mínimo posible de residuos y fomenta el ahorro energético. Las uvas fermentan sin ningún tipo de intervención, solo con levaduras propias naturales de la uva, dando lugar a vinos que se envasan en botellas de vidrio taponadas con corcho natural. Y lo más importante: el vino no debe tener sulfitos añadidos. Estos vinos no tienen certificación oficial, pero los viticultores que los elaboran forman parte de una asociación que se rige por una serie normativas.
MITOS Y VERDADES
Los sulfitos son perjudiciales para la salud
Para el consumidor son causantes de jaquecas, migrañas y resacas. Todos los vinos, incluidos los naturales, tienen sulfitos, aunque una cantidad baja no es mala para la salud, ya que se forman naturalmente durante la elaboración del vino a lo largo de la fermentación.
Los vinos naturales huelen mal
Lo que huele mal en algunos vinos naturales es la llamada ‘volátil’ o la reducción (pueden presentar aromas a setas, establos, animales, humedad...). Esto tiene fácil remedio: solo es necesario oxigenar el vino antes de beberlo.
Los vinos ecológicos, biodinámicos y naturales son más caros que los tradicionales
Era verdad, pero ya no. Se pueden encontrar vinos de todos los precios, tal y como ocurre con los vinos tradicionales.
Los vinos ecológicos, biodinámicos y naturales no se conservan tan bien como los demás
Hoy en día, un vino natural se conserva perfectamente, siempre y cuando las condiciones de almacenamiento sean correctas, es decir: que se conserve en un lugar a temperatura estable entre 14ºC y 16ºC.
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