Hace no tanto tiempo, cuando hablábamos de boles de cocina, solíamos asociar su uso a la presentación de ciertos platos de cuchara (sopas, cremas…), alguna que otra ensalada, las imprescindibles chips y aceitunas del aperitivo… y no mucho más. Sin embargo, estas piezas de menaje culinario parecen estar viviendo una suerte de renacer. Tanto, que incluso ya no es raro escuchar conceptos como ‘bolmanía’. Las recetas preparadas en cuencos de todo tipo y condición protagonizan novedades editoriales, copan las cartas de un buen puñado de restaurantes de reciente apertura (sobre todo, aquellos especializados en cocina healthy), y arrasan en redes sociales… Pero, ¿de dónde nace esta pasión por los boles? Es cierto que, en cuestión de modas, la memez -sí, hablemos claro, la memez- campa muchas veces a sus anchas. Pensemos, sin ir más lejos, en el ‘avolatte’, penúltima gastro-ocurrencia absurda (extraordinariamente viral, eso sí): ¿un café servido en la piel de un aguacate?, ¿de verdad?...
No obstante, también es cierto que detrás de algunas modas sí hay cierta ‘sustancia’. Y aunque el componente ‘instagramero’ de la bolmanía es incuestionable, su éxito responde también a otras causas ligadas a la salud en la mesa, la fusión de culturas gastronómicas, el pragmatismo a la hora de cocinar… Estos son, de forma más detallada, algunos de los factores que explican la ‘invasión’ del universo bol:
-Influencia de la cocina internacional. Ramen, guacamole, hummus… Son algunas de las recetas de cocina internacional que más nos gustan. Todas ellas tienen además otro factor común: suelen utilizar el bol como forma de presentación.
-Auge de la cocina saludable. Estas piezas de menaje son perfectas para la preparación de platos únicos en clave healthy; invitan a componer, por ejemplo, fantásticas ensaladas, pokes, platos de verduras, zoodles, alternativas al clásico desayuno a base de cereales integrales, yogur, frutos secos y fruta fresca, etc.
-Un lado muy práctico. Los boles son también ideales para la conservación del calor en determinadas recetas (consiguen que los platos calientes tarden más en enfriarse). Además son muy manejables y fáciles de almacenar y su uso reduce el número de piezas a utilizar (y limpiar después) durante una comida.
-Imaginación al poder. Las recetas susceptibles de ser preparadas en un bol son casi tantas como cocineros las preparen. De ahí, que inviten a dar rienda suelta a nuestra creatividad entre fogones.
-Cuestión de estética. Como mencionábamos antes, es difícil que hoy en día una moda 'gastro' lo sea si carece de su particular dosis de fotogenia. Y, no podemos negarlo, las recetas preparadas en boles suelen salir ‘muy guapas’ en la foto…
Y TÚ, ¿DE QUÉ QUIERES LLENAR TU BOL?
Tal es la cantidad de platos distintos que podemos preparar en esta pieza, que su nombre (del anglosajón bowl, o lo que podríamos traducir también como tazón) engloba variantes -y hashtags- con entidad propia. He aquí algunos de los más populares:
-Smoothie bowls: son esos boles (normalmente dulces) perfectos para desayunar o merendar, tan saludables como nutritivos y coloridos. Algunos de sus ingredientes más habituales son yogur natural, cereales integrales, semillas, fruta fresca, frutos secos, leche, leches vegetales, cacao… En esta variante podrían enmarcarse dos ‘subcategorías’ que cuentan con miles de fans incondicionales: los llamados acai bowls (un smoothie bowl donde el acai, fruto procedente de Brasil con numerosas propiedades saludables, tiene un protagonismo destacado), y por otro lado, los boles de porridge, a base de avena hervida en agua y/o leche.
-Buddha bowls: Boles compuestos por una gran variedad de vegetales diferentes (frescos, cocidos, a la plancha…) a los que se suman legumbres, semillas, frutos secos, cereales integrales como arroz, quinoa… Todo ello aderezado con un aliño que, normalmente, lleva una base de tahini, pero que puede perfectamente componerse a base del tradicional aceite y vinagre (o limón). Uno de los ingredientes más habituales de los Buddha bowls es el saludable aguacate.
-Poke Bowls: este plato de origen hawaiano que hoy día causa furor en medio mundo se sirve en bol y se elabora a base de pescado crudo, vegetales, algas y cereales como el arroz. Cada vez son más los restaurantes que incluyen en sus cartas este tipo de recetas. Es, por ejemplo, el caso de este poke de atún que vemos en la imagen inferior (del que se puede disfrutar en el ‘Bar Ceviche’, en el madrileño Mercado de San Ildefonso).
-Ramen bowl: Parece que ‘la fiebre del ramen’ (de la que ya os hemos hablado largo y tendido) llegó a Occidente para quedarse. Un plato de origen asiático, servido en bonitos boles capaces de mantener la temperatura óptima para su degustación.
-Bowls take away. Y si no quieres cocinar pero te apetece disfrutar en casa de tus recetas en bol, también las opciones son cada vez mayores. Un par de sitios que ofrecen esta posibilidad son el madrileño ‘Bio in the bowl’, o el barcelonés ‘The Hip Fish’. Ubicado en el barrio de Gracia este nuevo espacio de comida saludable cuenta con propuestas take away como este apetecible poke bowl de la imagen (cada cliente puede ‘personalizarlo’ con los ingredientes que desee en función de sus gustos personales).
OTRAS FUENTES DE INSPIRACIÓN
¿Pensando ya en abandonarte a la bolmanía y preparar en casa tus propias recetas? Si es así, puedes inspirarte también (además de en las redes sociales y las cartas de los restaurantes) en las páginas de algunos libros dedicados a este ‘fenómeno gastro’: recetarios como Smoothie Bowls, de Christina Wiedemann; Whole Bowls, de Allison Day: o el recién publicado Boles Nutritivos, de Auxy Ordóñez, te serán de gran ayuda.
Sin olvidar, por supuesto, las tiendas de menaje de cocina, en cuyas baldas cada vez podemos encontrar una mayor variedad de cuencos: de diseño vanguardista, de inspiración vintage, con aires orientales… Y es que para gustos, colores… ¡y boles!
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