Cocina viajera: gastronomía a pie de pista

La revolución gastronómica alcanza su punto más alto y lo hace a 2.000 metros de altitud en las principales estaciones de esquí. El negocio de la nieve ya no solo incluye esquiar, sino también disfrutar de una extraordinaria gastronomía a pie de pista.

Por Lorena G. Díaz

Ostras, champán, arroces o un vermú al más puro estilo mediterráneo son algunas de las sofisticadas apuestas que las principales estaciones de esquí están llevando a cabo en esta última temporada.

La estación andorrana Grandvalira (uno de los dominios esquiables más grandes de los Pirineos) es, por ejemplo, una de las que abandera –para bien- este cambio. Y es que, entre sus pistas, podemos encontrar una oferta de lo más ‘foodie’ basada en materias primas de primera calidad y burbujas por doquier. Más de 10 millones de euros de inversión en los últimos cinco años han dado hoy lugar a apuestas tan atrevidas como una ‘food ratrack’, que van ubicando en diferentes rincones de la estación. Se trata de una evolución de los archiconocidos ‘food truck’, pero en versión de montaña y, por qué no decirlo, con un poco más de estilo y confort. Este nuevo concepto de restaurante pop up que han llamado Nomad consta también de una coqueta terraza donde poder disfrutar de un vermut premium, elaborado a base de productos de la centenaria L’Espinaler (taberna y tienda gourmet barcelonesa); zumos prensados en frío de Juicius; o una estupenda fabada de Casa Gerardo en el caso de preferir algo más contundente.

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Gracias a la acertada diversificación de la oferta llevada a cabo por la estación, y debido a su empeño en la excelencia en el mejor producto, hoy en día se pueden encontrar sofisticados restaurantes como Arrosseria, uno de los mejores ejemplos de alta cocina de montaña en la estación. Su oferta incluye entrantes para picar como una deliciosa ‘coca de vidre con verduritas al horno’ o unos ‘calamares en tempura’ y platos principales como un delicioso ‘arroz con foie y boletus’, que además se puede tomar en raciones individuales. Todo servido con una atención exquisita y mucho estilo a 2.100 metros de altitud.

Para antes de la comida o para una parada rápida a coger fuerzas y continuar esquiando, en la terraza de Arrosseria se puede disfrutar de una copa de champán acompañada por una ostra y un ‘picoteo’ de jamón Joselito con las magníficas vistas de El Tarter, uno de los enclaves que reúne gran parte de la nueva apuesta gastronómica de la estación.

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Otro de sus ‘imprescindibles’ es, sin duda, la terraza de Veuve Clicquot, (Clicquot Snow Club). Presidida por un DJ, en esta terraza de invierno encontramos mucha ‘gente guapa’ y una carta compuesta por productos como una selección de ibéricos Joselito, carnes Txogitxu y ahumados Carpier (su salmón con alga nori es sublime), todo ello ‘regado’ con los burbujeantes caldos de la reconocida maison francesa.

Para quienes se queden con ganas de más champán y de más fiesta, la estación amplia también su apuesta por un après-ski de nivel con un nuevo reservado VIP en L'Abarset, que cuenta con una capacidad para 30 personas y es accesible solo con reserva previa. Un lugar donde la diversión y el glamour están más que asegurados.

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Fuera de pistas, pero seguramente rodeados de nieve, el Principado propone degustar la cocina típica andorrana en cualquiera de sus restaurantes típicos, como la Borda d’Erts o la Borda Raubert en la Massana, la Borda Estevet en Andorra la Vella o la Borda l’Era del Rossell en Canillo; que son algunas de las propuestas más interesantes.

Clásicos españoles

Más de 150 kilómetros esquiables distribuidos en 103 pistas balizadas y un freeride único en el sur de Europa. Situada en el Valle de Arán (Val d’Aran), la estación de Baqueira Beret pertenece al Pirineo de la provincia de Lleida, una zona privilegiada por la calidad de su nieve, sus hermosos paisajes y por su excelente gastronomía. Son muchos los lugares por los que merece la pena bajarse de los esquís en esta estación, pero uno de los más cool es sin duda el Moët Winter Lounge. Aquí se pueden reponer fuerzas mientras un DJ pone banda sonora en la animada terraza. Dentro, una acogedora chimenea pone a prueba las ganas de esquiar de quien se acomode a contemplarla. Deliciosas y crujientes croquetas, una de las mejores tortillas de patata del valle y mucho lujo ponen la nota de sabor a una parada entre bajada y bajada sobre nieve polvo.

En una superficie mucho menos resbaladiza, Ticolet continúa siendo uno de los restaurantes más famosos de Baqueira, un clásico que ha sabido mantener su buen nombre y sobre todo su excelente comida, ubicado en el núcleo a 1.500 de altitud. Un clásico entre los clásicos donde disfrutar de buenas carnes y de su magnífica tarta de ruibarbo casera, que además sirven templada.

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En el vecino pueblo de Bagergue y tras una serpenteante carretera, el restaurante Unhola ha sabido hacerse un hueco entre los mejores locales donde disfrutar de una excelente carne. Destaca su magnífico chuletón a la piedra acompañado por el mejor vino a elegir entre su potente carta.

Sin movernos del dominio de Baqueira Beret, es en uno de sus hoteles más lujosos, el hotel La Pleta, donde el esquiador encuentra, además de todo un oasis de paz, madera y buen hacer, un refugio de nieve ubicado a 1.700 metros (cuentan con servicio de transporte hasta el telesilla). Y dentro de sus acogedores muros, mucho –y muy rico- por ofrecer: desde el creativo restaurante de cocina autóctona Del Gel al Foc al menú ligero de restaurante Petita Borda o la mejor cocina japonesa de La Pleta Sushi Restaurant. El hotel también sorprende por una oferta gastronómica variada y una exclusiva bodega. Una de las novedades de esta temporada es la apertura de un nuevo restaurante donde se pueden degustar los mejor quesos del valle del Valais (Suiza): La Racletterie.

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Con las cotas más altas del Pirineo (2.751 m cota máxima y 2.020 m cota mínima) y una privilegiada situación encarada al norte, Boí Taüll Resort garantiza una nieve de excelente calidad, pocas colas y aún menos masificaciones. Esta coqueta estación presume de ser una de las más tranquilas y familiares del Pirineo, y aunque es cierto que es bastante menos glamurosa que sus elegantes vecinas (Baqueira Beret está a tan solo una hora en coche), tiene algo contra lo que no se puede competir: pertenece a uno de los valles más bonitos de los Pirineos, la Vall de Boí. Además de nieve, para hacernos una idea de lo que nos espera, podemos ir abriendo boca a golpe de clic en el Centro Románico de la Vall de Boí donde se puede encontrar toda la información relativa al conjunto románico del valle, formado por ocho magníficas iglesias y una ermita, declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.

Tras esquiar y visitar de forma obligada todo el legado arquitectónico, es momento reservar mesa en uno de los restaurantes más acogedores del valle, el Caliu, un lugar donde dejarse mimar por la hospitalidad de sus dueños y disfrutar de una deliciosa cocina de las de toda la vida, como la escudella o la sabrosa trucha de río. Comida casera para hacerte sentir, precisamente así, como en casa, pero a pie de pista.

Una dieta para 'comerse' la montaña