¿Cómo conseguir que tus fotos de cocina triunfen en internet?
Si quieres que tu número de 'likes' suba como la espuma echa un vistazo a estos sencillos trucos
Si tienes cuenta de Instagram sabrás que, al iniciar tu sesión, existe una altísima probabilidad de que, de entre las diez primeras fotos con las que te encuentras, al menos una de ellas tenga relación con la comida: un café mañanero, un saludable smoothie, una comida gourmet, un helado gigante… Sólo hay que echar un vistazo a las cifras: la búsqueda del hashtag #instafood en Instagram devuelve cerca de 46 millones de publicaciones. El éxito de la comida en el universo ‘social media’ es más que evidente. Pero… ¿cómo hacer que nuestro número de ‘likes’ suba como la espuma?, ¿cuáles son las claves para triunfar en la comunidad ‘iger’? Tener cierta sensibilidad fotográfica resulta, no nos engañemos, de mucha ayuda. Pero si además, seguimos una serie de trucos muy simples como estos que hoy nos llegan de la mano de ‘Kaiku’, las posibilidades de éxito se multiplicarán. ¡Toma nota!
-Los ingredientes, frescos. No es lo mismo compartir un simple zumo o batido de fruta que resaltar el hecho de que se trata de un zumo o batido natural. El truco es tan simple como colocar unas rodajas/piezas de fruta fresca junto al vaso.
-Favorecer los contrastes. El mundo de la alimentación regala tonalidades con mucho juego para las redes sociales, y lo mejor será favorecer el color puro de los productos contrastándolos con otros, y con el resto de elementos que aparezcan en la composición. El color block funciona bien en el universo #instafood.
-Huir de fondos demasiado abigarrados. El fondo puede servir para jugar con el contraste, pero fondos demasiado abigarrados pueden desviar la atención del foco principal de la composición. Utilizar fondos simples y lisos es la clave para destacar nuestra receta. Por ejemplo, las mesas de madera clara para bodegones en ángulo cenital son una gran alternativa.
-Sin miedo al zoom. ¿Y si el fondo no merece la pena? Incluso las recetas que no son gran cosa pueden transformarse con un adecuado uso de la iluminación y del zoom. Nos permitirá transmitir detalles del plato, hacer que las raciones parezcan más grandes, y enfocar la fotografía en el sabor: puesto que los igers que sean testigos de nuestra fotografía no la probarán, tenemos que conseguir que el plato sea capaz de entrar por los ojos. Lo sabe bien, por ejemplo, el popular chef inglés Jamie Oliver, uno de los cocineros con más seguidores de Instagram. No es para menos, si tenemos en cuenta hasta qué punto las fotos que publica son capaces de activar nuestras papilas gustativas en cuestión de segundos. Ésta de aquí debajo es sólo un ejemplo:
-No subestimar nuestra interacción con el producto. Las recetas se preparan para ser degustadas. Subrayar el lado humano del #instafood a través de la interacción con la receta sirve para transmitir que el plato está listo para comer (¡y que está rico!): manos y bocas pueden compartir protagonismo con los ingredientes y darles un toque especial. Es, por ejemplo, el caso de este rico y saludable smoothie que sujeta Rens Kroes, hermana de Doutzen Kroes, y una de las blogueras con más seguidores en el universo 'gastro'.
-Identificar el mejor instante para fotografiar… y para compartir. El mejor ejemplo para este punto esencial es el desayuno: compartir una foto de cereales con leche a las 9 de la mañana augura mejores resultados que hacer lo mismo a las 3 de la tarde. A cada comida corresponde una hora, pero también un 'momento' fotográfico: por ejemplo, mostrar unos cereales remojados puede no resultar apetitoso, pero sí si mostramos la leche cayendo sobre ellos. Un plato recién preparado, y a la hora que le corresponde.
-Apostar por preparaciones e ingredientes fotogénicos y de tendencia.
Hay alimentos y preparaciones que, queramos o no, se ponen ‘de moda’. Recetas de smoothies (como el que te acabamos de mostrar), alimentos como la quinoa o las semillas de chía, recetas gluten free… tenemos infinidad de ejemplos que hacen nuestra dieta (y nuestro Instagram) más ‘trendy’. En la imagen inferior, observamos una foto subida por Gwyneth Paltrow en su cuenta de Instagram, donde aparecen unos deliciosos postres caseros sin gluten.
-Practicar el healthy eating. Una corriente bajo múltiples nombres ('eating for the Insta', 'you did not eat that'…) denuncia el hecho de que las recetas que se publican en Instagram están hechas única y exclusivamente por la foto y sin tener en cuenta el aspecto saludable de las mismas. Demostrar que estamos practicando el healthy eating a través de enseñar explícitamente los ingredientes saludables que componen nuestras recetas es una corriente en alza: alimentos sin lactosa, semillas, frutas, verduras... (por supuesto, siempre de temporada, como estos deliciosos tomates que muestra en una de sus fotos de Instragram la bloguera y cocinera Mimi Thorisson).
-Elaborar: no todo vale en el universo #instafood. Si bien sí podemos captar un estupendo 'shot' de nuestro café mañanero, los seguidores de las cuentas de #instafood son exigentes y reclaman una mayor elaboración y variedad en las publicaciones. Es tan sencillo como mostrar el uso de distintos ingredientes cada día, o demostrar a través de pequeños detalles el aspecto más gourmet incluso en las recetas más simples: ¿llama más la atención un simple café, o un café con nata montada, leche con calcio, y detalles con cacao en polvo? ¡La respuesta es evidente!
-Encontrar un ángulo diferente que distinga nuestras recetas. O lo que es lo mismo, lograr que nuestras recetas se identifiquen como nuestras sin necesidad de consultar quién es el autor. La cuenta de Instagram 'Wrightkitchen' ha enamorado al mundo con sus fotos de alimentos exquisitamente ordenados (vemos buena muestra de ello en la imagen inferior). Es sólo un ejemplo, pero existen millones de maneras de hacernos un hueco en el universo #instafood aportando un granito de arena con un toque único e irrepetible. ¿Cuál es el tuyo?